Borrar

Índices de lectura

Otra cosa es el mercado editorial y el de los libreros... Me alegro por ellos, porque falta hace que se compren y regalen libros

Domingo, 16 de febrero 2025, 05:30

Que no me lo creo. Que parece una estadística de las de Tezanos. Que ni en sueños lee un 65 por ciento de la población en España. Otra cosa es el mercado editorial y el de los libreros. Mientras más vendan, mejor. Me alegro por ellos, porque falta hace que se compren y regalen libros. Leer es otro cantar. Sí, me consta que se lee en los llamados clubs de lectura. Existen bastantes, como sucede con los de escritura creativa y similares. Para mí tengo que la mayoría de estas pequeñas sociedades que contribuyen a incrementar las estadísticas lectoras están compuestas por mujeres. Son las que más leen. Y escriben, aunque no todas aspiren a publicar y a recibir premios. Escritores varones hubo que para garantizar fama e ingresos echaron mano de seudónimos femeninos con el fin de llegar a un público más amplio. Cuestión de mercadotecnia (merchandising le dicen ahora). El ministro de Cultura se muestra satisfecho de las tasas de lectura alcanzadas en nuestro país. Yo me pregunto si él mismo leerá otra cosa que no sean los pies de foto del BOE. Por no mencionar al resto de sus colegas de gabinete, alguno de los cuales comete faltas de ortografía hasta cuando habla.

Por si la capacidad de comprensión lectora no estuviera suficientemente menguada entre nuestros estudiantes, resulta que un puñado de rectores y rectoras se han echado un cuarto a espadas —¿cuántos de ellos y de ellas conocen el origen y significado de esta expresión?— para aleccionar a sus pupilos en el uso del lenguaje desde la perspectiva de género. Es mejor fungir de progresista antes de que te tilden de facha. Por si no tuvieran los universitarios ya bastantes problemas a la hora de expresarse, maestros y escolares han de hacer un ejercicio de sesuda reflexión para no utilizar un término políticamente incorrecto que hiera sensibilidades. Como si el lenguaje, que va evolucionando en la medida en que los hablantes lo hacen evolucionar, estuviera sujeto a constricciones impuestas desde la autoridad política (in)competente. Es posible que dentro de unos años los ciudadanos nos expresemos motu proprio al gusto de esas lumbreras académicas, en cuyo caso quienes velan por la pureza de la lengua —atribución que ni siquiera se arrogan los miembros de la RAE en su papel de meros notarios del uso y evolución diacrónica— se habrán exprimido la sesera en busca de nuevos vocablos o expresiones que permitan dar una vuelta más a la tuerca sensibilizadora y sostenible. Y otra vez a empezar. El lenguaje nunca es inocente. Si a una rectora le digo rectriz, o a una mujer meretriz, me despellejan vivo; en cambio, si aludo a una emperatriz, actriz, adoratriz o institutriz, no pasa nada. Así de mistérico, rico, paradójico y complejo es el lenguaje. Más lecturas y menos ocurrencias es lo que nos hace falta.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Índices de lectura