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¿Quién quiere un techo cuando puede tener un buen suelo? Uno macizo, hercúleo, inmutable, con reflejos marmóreos y vetas rosáceas, un suelo en el que quedarse a vivir sin mirar hacia arriba y con la sensación de estar anclado en el lugar perfecto. Pongan un sillón sobre esas baldosas y sienten encima al presidente del gobierno regional, a Alfonso Fernández Mañueco, quien mira por la ventana mientras otros se pierden en el techo de cartón piedra que amenaza con derrumbarse.
Ese es el techo de gasto que hoy se votará y desechará en las Cortes para pasar a formar parte de la historia pretérita de la cámara regional. Tantas horas de esfuerzo y calculadoras de 'curritos' de la administración para un resultado tan vacuo, pero la política no se mide en tiempo, se mide en poder, y en esto, la jugada ha salido tal y como fue concebida. El famoso relato.
Un No-presupuesto con el que Mañueco ha conseguido ampliar su particular álbum de fotos con los líderes de la oposición que se han visto obligados a elegir: posar cariacontecidos ante las cámaras o marcarse un Ayuso y dar plantón al presidente. Algunos hicieron lo segundo; y se equivocaron. Uno tras otro, todos dijeron que nones a la aprobación de las cuentas, aunque eso poco le importaba a un PP que no ha gastado ni un minuto en plantearse pagar los peajes que algunas formaciones se querían cobrar.
Intentó el PSOE un giro de guion inesperado, reclamando Tudanca su protagonismo y abriendo la vía de la abstención a cambio del apoyo de los populares a las cuentas de Sánchez en el Congreso. Casi nada. Podían haber reclamado un Buda macizo de oro de noventa metros de altura que igual hubieran tenido más éxito. Una maniobra para descargar la responsabilidad en la Junta que no ha pasado de ser un entretenido segundo acto de este teatrillo.
Ahora, nos espera el tercer acto, el desenlace de una historia demasiado previsible desde que el 15 de octubre, sobre la campana que marca el Estatuto, se presentaron estas cuentas nacidas para no aprobarse, orquestadas para posicionar las piezas sobre el terreno político regional, en el que ahora mismo Mañueco ocupa el centro del tablero, enrocado y protegido por la debilidad de sus rivales. Mientras el PSOE se deshace en un pulso interno y VOX peregrina desorientado buscando fotos y titulares, el PP pisa suelo sólido, el mismo que les permitirá gobernar con los presupuestos prorrogados y descargando las culpas sobre la oposición. El relato amigos, el relato.
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