No conozco un Villalar que no se apellide polémico. No es que yo peine muchas canas, pero hasta donde llega mi base de datos, el Día de Castilla y León siempre ha generado tensiones, alimentadas casi siempre por algunos actores políticos de la comunidad. Y este 23 de abril no va a incumplir con esta tradición, aunque sí tendrá su componente de originalidad que deviene de las diferentes posturas que fijan los partidos en los que se asienta el gobierno de Castilla y León: PP y VOX.
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Pese a ser unos grandes amantes de la historia patria, a la que se remiten cada vez que localizan un resquicio dialéctico, a los Pollán's Boys, anteriormente conocidos como Gallardo's Boys, no les termina de gustar la celebración en la campa de Villalar. Y no es que renieguen del movimiento comunero, pero no comparten la interpretación que la historia ha hecho del levantamiento contra las tropas realistas y la equiparación que se hace de la lucha del pueblo contra la clase gobernante. Así que se han puesto a contraprogramar con una jornada de puertas abiertas en las Cortes, con música, comida y juegos tradicionales (cortar troncos, petanca, la rana...). Pan y circo al estilo 1520.
Visto el boicot de la cámara regional y su denostada Fundación Castilla y León, relegada a la nada, el PP ha decidido mover ficha desde el gobierno regional y, a través de la Consejería de Presidencia, ha programado actos en toda la comunidad. Hasta ha creado un nuevo ente: la Fundación de los Valores y la Identidad. Una OPA encubierta a las Cortes que han disfrazado como una herramienta para diseñar las actividades, en 2030, de los 800 años del Aniversario de la Unión de los Reinos de León y Castilla bajo el reinado de Fernando III. En los años ochenta esa fue la propuesta de algunas voces autorizadas para celebrar el Día de la comunidad.
Esto último podría interpretarse como un guiño a los leonesistas que les escuece como el ácido cualquier referencia a Castilla. En la UPL hasta van a repartir silbatos para que la pitada sea sonora el 23 de abril, también conocido allí como San Ikea. Tanto, que la firma sueca les paga ese día el peaje de la autopista para que vayan a su tienda de Oviedo. Y no es coña. Por cierto, lo de San Ikea no es mío, el término lo acuñó un salmantino de pro, Luis Fuentes, otrora presidente de las Cortes y ahora Comisario fantasma del Corredor Atlántico. Puede que él celebre el Día de Castilla y León montando la estantería Sklum, yo, soy más de tortilla, bocadillo de panceta y un buen vino de la tierra.
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