Perdonen el hiperrealismo de la expresión, pero no encuentro palabras que ilustren mejor el resultado electoral del PSOE el pasado domingo. Un tortazo cósmico, sideral, totémico, hiperbólico... teledirigido a Pedro Sánchez pero que aterrizó en la mejilla de todos y cada uno de los candidatos socialistas, castigados por una deriva de rumbo incierto. Al final ha calado el mensaje de los que pregonaban que estas elecciones municipales eran una suerte de primera vuelta de los comicios nacionales. Poco margen de maniobra les ha quedado a los que se presentaban bajo las siglas del PSOE, demasiado embarradas como para pasar la prueba del algodón. Es legítimo que se descarguen de parte de sus responsabilidades y no pongan la otra mejilla.

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Y es tan obvio el protagonismo de Mr Wonderfull Sánchez en los pobres resultados del PSOE que sólo aquellos candidatos que se manejan como un verso suelto, más aún los que conforman la oposición interna, son los que han salvado el pellejo. Sirva de ejemplo García Page, y otro más cercano, el alcalde de León. El eco del tortazo es proporcional al grado de lealtad y obediencia al secretario federal. Eso sí, llegan tiempos de confeccionar nuevas listas electorales, para Congreso y Senado, y esta guardia pretoriana será recompensada con los primeros puestos de salida. Es lo que tiene partirse la cara por uno.

Aplicando el tópico futbolístico de 'la mejor defensa es un buen ataque', Sánchez ha respondido al golpe con un gancho electoral al calendario, a las urnas el 23 de julio. Con un par. Es posible que su pléyade de estrategas de traje y corbata hayan calculado que es la mejor decisión para retener la máxima cuota de poder. Ahora, éstos hilvanan y lanzan teorías que ensalzan la capacidad estratégica de su líder, que conseguirá aglutinar los votos de la izquierda y dividir más una derecha que ha cogido nuevos bríos, pero yo soy más de los que creo que el bofetón que le van a dar los ciudadanos se va a escuchar desde la playa más remota, esa en la que alguno se estará tomando un daiquiri pensando en su voto por correo.

Normal que Ciudadanos haya decidido inmolarse y no presentarse a estas elecciones. ¿Para qué van a hipotecar unas vacaciones estivales entre mítines y pancartas? Ya de tener que morir, que sea amortajado con las alpargatas, las bermudas, el sombrero de paja y el tinto de verano en la mano. La otra opción es caer noqueado a tortazos a mano abierta, y ese privilegio se lo van a dejar a su 'amigo' Pedro Sánchez.

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