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Vamos a tener que ir ampliando el léxico de la política regional. A partir de ahora se podrá definir como 'Hacerse un Fuentes' el conseguir que un partido político diferente al tuyo sea capaz de crear un puesto de la nada para acomodarte un sillón sobradamente remunerado. 74.000 al año. Ese, burdamente, es el resumen de lo ocurrido la pasada semana con Luis Fuentes, el ex presidente de las Cortes de Cs durante dos legislaturas, contratado por la Junta como delegado del Corredor Atlántico.
En el haber político del presidente Mañueco está el cumplir con el lema de la Casa Lannister, que todo fan de Juego de Tronos sabe que es: 'Un Lannister siempre paga sus deudas'. Si se preguntan cuál es la deuda contraída por los populares con el señor Fuentes la respuesta la encontrarán en marzo de 2021, poco antes de que fracasara la moción de censura presentada por el PSOE en Castilla y León. Él fue uno de los que desactivó el caballo de Troya que los socialistas habían colado en las filas de Ciudadanos. Algún día se hará pública toda esa intrahistoria, pero hay más de mercantilismo económico que de principios ideológicos, por parte de todos. Y llega un momento que hay que pagar. Lo saben bien la colección de cargos de Cs repescados por el PP, desde David Castaño en la Diputación, pasando por Miguel Angel González en la Junta, o Mayte Gago y Marta Sanz como concejalas. Mañueco cumple y lo saben.
Se puede tardar más o menos, pero la recompensa está esperando al final del camino. En el caso de Luis Fuentes ha sido año y medio de peregrinación desde que fue fulminado de la presidencia de las Cortes por la convocatoria twittera de las elecciones autonómicas hasta que firme, este próximo viernes, como delegado del Corredor Atlántico y Redes Complementarias. Demasiadas palabras para un puesto en que básicamente se trata de figurar, cobrar y no provocar incendios.
Aunque en esto ya tiene su dilatada carrera el que fuera presidente de la Unión del Pueblo Salmantino. Recuerden la 'operación pisito' a la que tuvo que dar marcha atrás al llegar a la presidencia de las Cortes o la polémica que se inventó al referirse al Día de Villalar como San Ikea. Pero ahora, a dos años de la jubilación, se antoja ya muy complicado que Fuentes se vaya a poner las botas para meterse en charcos. Es tiempo para zapatillas de felpa, sillón orejero y estufa encendida. Es tiempo de 'Hacerse un Fuentes', si me permiten el término.
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