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En 'Luces de Bohemia', cuando la camarilla modernista irrumpe en la redacción de El Popular para denunciar la detención de Max Estrella, el descarado poeta Dorio de Gádex pregunta al redactor jefe, don Filiberto, quién cree que es el mayor humorista del país. El periodista le contesta que «ustedes los iconoclastas dirán, quizá, que don Miguel de Unamuno».
Si algo sabemos aquí es que Unamuno vale para todo. Nadie que aluda a la Universidad de Salamanca con ánimo de agradar pasará por alto su legado (lo vimos en el exitoso diálogo entre Millás y Arsuaga, precisamente convocados en su nombre), pero tampoco nadie que quiera molestar. Si esto lo viera Unamuno; Unamuno diría seguramente esto. Unamuno, faltaría más, siempre nos da la razón. Basta echar un ojo a esas «informaciones» que insisten en utilizarlo como parte de un guiso con el que nada tiene que ver.
Valle Inclán emplea la figura de don Miguel, encarnación del intelectual atormentado por excelencia, para afilar la burla. Siguiendo su propio recurso, como si lo hubiera pasado por uno de los espejos de la calle del Gato. De esos espejos, uno cóncavo y otro convexo, decía Gómez de la Serna que «deformaban en don Quijote y Sancho a todo el que se miraba en ellos».
En esas andan las universidades de Castilla y León, y sus órbitas, con el revuelo del nuevo mapa de titulaciones. Todas se ven a sí mismas como don Quijote y a las demás como el pobre Sancho.
Ahí está León, que lleva años reclamando Medicina junto con Burgos y ahora que, contra el criterio de muchos, va a recibir esa autorización de la Junta de Castilla y León, lamenta sin embargo que Veterinaria pueda impartirse en la Universidad de Salamanca. Para ello se emplean argumentos, respetables, como el exceso de profesionales y la consiguiente saturación del mercado laboral que, curiosamente, son también algunos de los motivos que se daban para oponerse a la extensión de Medicina a otras universidades: España tiene más facultades de Medicina que Estados Unidos, la mitad de los titulados cada curso no obtiene plaza MIR y la media desde que un estudiante termina su grado y empieza a ejercer son doce años.
La Universidad de Salamanca se mira en el espejo que le agranda la figura y se muestra tan contenta de incorporar Veterinaria y en la provincia con más ganadería de vacuno del país, no parece tan descabellado, pero ignora que el espejo del otro lado le encoge la sombra en un marco en el que los recursos no son infinitos.
Que refleja que, a pesar de ser la universidad con más prestigio, más alumnos y más titulaciones de Castilla y León, recibe los mismos fondos que la segunda quien, por cierto, en el nuevo mapa se lleva Farmacia de propina. Ya se sabe que a veces toca negociar con malas cartas. Cuando Max Estrella agoniza en su portal, por si acaso, Don Latino le quita lo que tiene. «Sería un crimen dejarte la cartera encima, para que te la roben».
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