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Este mes se cumplen 463 años del fallecimiento en Salamanca de Domingo de Soto. Qué poco se habla, en general, de este fraile genial cuyas aportaciones a la humanidad lo harían merecedor de una fama mayor. Por su legado patrimonial (el maltratado puente sobre el Arroyo de Santo Domingo, el atrio, la vertiginosa escalera), sus observaciones físicas que intuyen la fuerza de la gravedad o sus estudios económicos sobre libre mercado o precios justos.
Pero Domingo de Soto se ocupó muy especialmente de los pobres. Sobre su derecho a pedir y su derecho a la propia existencia: «Si, en una ciudad, los vecinos ricos están obligados a ayudar a los pobres; igual lo están las provincias ricas con respecto a las provincias pobres y aun los reinos».
Pues lo que se veía claro en el XVI ya no lo es tanto en el XXI. Miren los pactos de Sánchez. Serán las comunidades empobrecidas, como la nuestra -por el olvido secular, el desprecio de las instituciones centrales del Estado, la falta de altura de sus representantes en Madrid-, las que tengan que afrontar el pago de la deuda de otras enriquecidas por continuos privilegios y, sin embargo, nunca saciadas del todo.
Los famosos 15.000 millones de euros que engrasan la inminente investidura no se van a volatilizar, por supuesto. La condonación la tendrán que afrontar el resto de territorios. Los egoístas pobres pagando a los agraviados ricos, eso sí, con mucho ruido de fondo, batalla por el relato, fotos y todo lo demás.
Curiosamente, en las últimas semanas el PSOE salmantino se ha manifestado y ha impulsado mociones exigiendo la reapertura del corredor ferroviario de la Ruta de la Plata (que cerró el PSOE) ante administraciones que no tienen competencias al respecto.
Mientras, no ha tenido la capacidad de incluir un compromiso firme, con fecha, en el pacto de gobierno entre PSOE y Sumar en el que sí aparecen otras infraestructuras como el Corredor Mediterráneo (zona, como se sabe, muy castigada por la despoblación al contrario que el «opulento» oeste). Tampoco se ha llegado a aclarar por qué fue el propio Gobierno de Sánchez quien pidió su retirada de la red TEN-T Europea.
Si uno espera alguna influencia de los representantes en el territorio del partido que gobierna no es precisamente detrás de una pancarta, en un difícil ejercicio de quedar bien con todos.
De Soto se ha dicho también que «al expresar su voto procedía con libertad, aun a riesgo de indisponerse con los demás» y eso que entonces que te cortaran la cabeza era una expresión más literal que ahora.
Durante las hambrunas que azotaron Salamanca en el siglo XVI el buen fraile fue a buscar trigo donde lo había para que la ciudad pudiera comer. Imagínenlo hoy teniendo que robar a los pobres para alimentar a los ricos. Con una pancarta por la democracia, eso sí.
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