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A MIL PASOS

Mis problemas con la droga

«Hay una serie de fallos sistémicos cuando todas las campañas no consiguen disuadir a grandes grupos de personas del consumo de droga»

Jueves, 15 de febrero 2024, 05:30

Era tanta la insistencia que me empezaba a resultar hasta cómica, dentro de las circunstancias. La primera vez, en urgencias. Normal. ¿Fumas? No ¿Bebes? Lo que se dice consumo social, muy de vez en cuando ¿Consumes drogas? No, no. El protocolo, supones, y tampoco le das una gran importancia.

Pero conforme iba pasando por distintas pruebas diagnósticas y poniéndome en manos de nuevos profesionales la pregunta se iba repitiendo con menor o mayor profundidad: ¿hachís, marihuana, cocaína? ¿Nada? No, nada. De verdad.

La explicación a tanta insistencia la conocí unos días después, ya fuera del hospital. Los profesionales sanitarios están hartos de ver accidentes cardiovasculares en personas de edad joven que tienen en el abuso de estas sustancias su explicación. No te haces una idea, me decían.

También parece ser que la mayoría niega de primeras haber consumido algún estupefaciente hasta que las evidencias y, a la postre, el temor a recibir un diagnóstico o un tratamiento erróneo les hace confesar. Por otra parte, el sistema siempre tiene recursos, claro. Por eso antes de mandarme definitivamente para casa uno de los especialistas, a quien mi cara de perro apaleado después de tres días ingresado no debió convencer demasiado, pidió un análisis específico de tóxicos. No le culpo: barba y despeluzado, lo mismo podía haber sido llamado a una rueda de reconocimiento del estrangulador de Boston.

Pero esta es la evidencia, de la que nos llevan hablando años Proyecto Hombre y otras organizaciones, el consumo de droga está extendido y muy normalizado en diversos contextos y sus repercusiones son un terremoto no solo en lo sanitario, con ser muy grave, sino en amplios aspectos sociales.

Estos días se habla mucho de la situación del tráfico de drogas en el Estrecho a raíz del vil asesinato de los guardias civiles a manos de los narcos. Detrás del ruido de los sensacionalismos queda la amargura de pensar que si hay toda una industria alrededor de la droga es porque hay demanda y consumo, mucho consumo, que significa cantidades ingentes de dinero.

Hay una serie de fallos sistémicos cuando todas las campañas no consiguen disuadir a grandes grupos de personas del consumo de droga, a pesar de sus peligros. Detrás, un problema social que va desde la falta de oportunidades y futuro a la ausencia de valores morales (¿escucharon los espeluznantes gritos arengando a los asesinos?) que permite encontrar en la droga un modo de vida.

Y no es un desafío de un territorio concreto, es algo que se produce en todas partes. También aquí, donde hace solo unos meses se desarticulaba una banda con una poderosa red de introducción de droga en Salamanca que incluso contaba con varios narcopisos en la ciudad al cuidado de toxicómanos en situación de semiesclavitud. Se vende porque se consume. Todos tenemos un problema con la droga.

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