Tremendismo centralista

Sin embargo, me ha sorprendido cómo han saltado a la palestra dos de nuestros políticos más conocidos al enterarse de la intención de la Junta de que el Hospital de Salamanca pueda realizar trasplantes de corazón y pulmón. Cito textualmente y saquen ustedes sus propias conclusiones.

El procurador del Grupo Mixto venido a menos -aquel que fue vicepresidente regional con Mañueco, el que se saltaba a la torera sus propias normas sobre terrazas durante la pandemia- ha tildado la decisión del Gobierno regional de «despropósito criminal», de «algo que provocará más muertos, que caerán sobre la cabeza del presidente de la Junta». Lo de calificar a Mañueco de «cacique» y de «indigente mental» ya viene en su manual para bautizar cualquier actuación del mandamás regional.

Si Igea se ha pasado tres pueblos, el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, no se ha quedado atrás. Parece que antes de salir ayer a la palestra, les dijo a sus asesores: «Sujetarme el cubata». Y así, ha señalado que hacer trasplantes de corazón en Salamanca «es un riesgo para la salud, para la vida de los pacientes», algo que está basado «únicamente en criterios políticos». Vamos, que aprovechando la vieja disputa Valladolid-Salamanca y dado que el presidente regional es de aquí, ambos políticos afincados en la ciudad del Pisuerga intentan meter el miedo en el cuerpo al personal.

Reconozco que no soy un especialista en esta materia. Veo que la Organización Nacional de Transplantes no es muy partidaria de la política que plantea la Junta, fundamentalmente porque los programas de transplante necesitan un mínimo de actividad. En la última memoria de la Consejería de Sanidad, que data de 2022, se indica que durante ese año se alcanzaron 12 donaciones de corazón y 41 de pulmones. Los trasplantes cardiacos se hicieron en el Clínico de Valladolid y los pulmonares fundamentalmente en Madrid y Santander, puesto que todavía no se realizan en Castilla y León.

La idea de la Junta es incorporar el enorme potencial de la Cardiología salmantina para lanzar un programa denominado como «transplante de órganos torácicos», que incluye corazón y también pulmón. En esta línea, la consejería que dirige Alejandro Vázquez pretende implantar el sentimiento de trabajo en red por encima de las diferencias entre hospitales. Así, está apostando por unidades satélite, en las que un hospital principal coordina unidades de hospitales más pequeños, y por la movilidad de trabajadores de un hospital a determinados servicios en apuros.

Y digo yo, cuando hace algo más de veinte años el Hospital Clínico de Valladolid comenzó a hacer trasplantes de corazón, según las tesis de estos dos políticos, los pacientes cometerían una temeridad al ponerse en manos de aquellos especialistas. Seguro que en Madrid tendrían más experiencia. Irían directamente al matadero. No me lo termino de creer. Quiero pensar que cuando un cirujano se pone frente a la mesa de operaciones sabe lo que hace. Si ponemos en duda el trabajo de los sanitarios, según trabajen en un hospital u otro, con apocalípticos mensajes, hacemos un flaco favor a la sanidad pública. Tremendos.