Ser el puto amo

Es lo que tiene ser el puto amo. Que nombras a una subdelegada del Gobierno en Salamanca y el día en que toma posesión de su nuevo cargo arma -¡qué curioso!- un discurso en el que alerta sobre los bulos informativos y sobre la necesidad de regeneración democrática. Sorprende que Rosa López vea, entre los problemas que azotan a nuestra provincia, la falta alfabetización mediática y de pensamiento crítico.

Es lo que tiene ser el puto amo. Que ese mismo día llega la secretaria de Organización del PSOE de Castilla y León, Ana Sánchez, y acusa a la Junta de financiar con un millón de euros durante los dos últimos años a periódicos «que están bien acreditados» como difusores de bulos. Quizá sea bueno recordarle que, según la RAE, bulo es una «noticia propalada con algún fin». Y si un medio de comunicación publica un bulo, se enfrenta al Código Penal. Y hay penas muy jugosas cuando se ha atentado contra el honor de una persona. Como cuando un cirujano se olvida el instrumental en el interior de un paciente o un arquitecto calcula mal una estructura que acaba viniéndose abajo.

Es lo que tiene ser el puto amo. Que el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el PSOE celebra en Salamanca su tercera Escuela de Gobierno y traen a unos ministros para aleccionar a la progresía local. Y así la titular de la cartera de Igualdad, Ana Redondo, augura cambios normativos frente a los bulos porque nos estamos jugando la democracia. Y se despacha diciendo que «los periodistas no son nuestros amigos, somos su comida». Y es verdad que no somos, ni deberíamos ser sus amigos. Y que quizá uno de los problemas que haya en estos momentos sean las estrechas relaciones entre plumillas y políticos, que provocan situaciones como el manifiesto de unos cuantos escritores y periodistas que llama golpistas a jueces y a parte de los medios de comunicación, o la carta del Colegio de Periodistas de Andalucía a Pedro Sánchez en la que se solidariza con él y le pide un control de medios. En algunos casos, se vive mejor junto al puto amo.

Es lo que tiene ser el puto amo. Que eres aquel que dijo aquello de «¿la Fiscalía de quien depende? ¿Del Gobierno? Pues ya está». Y te crees que después de esa declaración de intenciones puedes venir a vendernos tu regeneración democrática. Y decidir qué es un «pseudomedio» o un verdadero medio de comunicación. O a dictaminar lo que es verdad o mentira. O a amordazar a quien te lleva la contraria al más puro estilo totalitarista.

Pues eso. El puto amo.