Ni haciendo el pino puente nos vamos a librar. A los salmantinos nos va a tocar vivir debajo del puente en lo que dure esta legislatura. Desde que el exalcalde de Valladolid ha tomado el puente de mando del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ... olvídense de que vaya a tender puentes con nuestra provincia. Intentará por todos los medios que desfallezcamos y poder terminar diciendo aquello de «enemigo que huye, le grabo mi apellido en plata».

Publicidad

El escandaloso blanqueador de EH Bildu, el vocero de Pedro Sánchez, el socialista al que le priva conducir coches caros y veranear en Ibiza tiene ahora la sartén por el mango para, como ha dicho alguna vez, «poner» y quitar trenes. Ayer precisamente anunció que en 2024 van a llegar 400 nuevos ferrocarriles a las vías españolas. Los treinta primeros se pondrán en servicio en Galicia y Asturias. Del resto, ni palabra. Eso sí, dejó bien claro que no soñemos con el tren de la Ruta de la Plata. «No hay base suficiente para hablar de un proyecto en un horizonte razonable», dijo. La recuperación de esta vía, considerada prioritaria para Europa, «está en pañales», argumentó. Así que ya podemos ir atándonos los machos que este ministro ha levantado el puente levadizo y no va a ver quien le haga bajar de su atalaya. Es más, parece que cuanto más protestemos, más se crece. Es lo que tiene el macarrerío.

El tipo alardeó de que ha llegado a Transportes para poner «racionalidad y realismo». Difícil va a tener aplicar ambas virtudes cuando tenga que enfrentarse al traspaso de los Rodalíes a Cataluña, como ha prometido su coleguita de La Moncloa al tipo del flequillo que nos gobierna desde Waterloo. Imposible veo que pueda ejecutarlas cuando le toque lidiar con la eliminación de vuelos que compartan una oferta ferroviaria inferior a dos horas y media, como garantizó su camarada «Falconetti» a la siempre ingeniosa y ocurrente Yolanda Díaz.

La racionalidad y el realismo pasarán a un segundo plano cuando vea sobre la mesa el ingente presupuesto del que dispone. Cuando se dé cuenta de que en su mano estará beneficiar a unos territorios y no a otros. Cuando su voluntad política le recuerde machaconamente que a Salamanca ni agua. Como siempre.

Este Gobierno no quiere a los salmantinos. Y con este ministro de Transportes, menos. Cada día que pasa sin reponer la cuarta frecuencia del Alvia a Madrid, que se evaporó durante la pandemia, nos recuerda que fuimos la tercera provincia española que más votó a Núñez Feijóo. Y eso no se hace.

Publicidad

La cruda realidad es que este Gobierno de la subvención y el gañote se inventó unos abonos de balde para fomentar el transporte ferroviario, paliar los efectos de la inflación -que por estos lares anda desbocada- y promover el ahorro energético. Y en esos abonos entraba la conexión de Salamanca con la capital de España. Y, lógicamente, casi todos nos hicimos con uno de ellos, porque bajar al Foro gratis total mola mucho. Y ahora están los trenes llenos. Y, aunque hay vagones de sobra e incluso alguna máquina parada en el andén, cuantos más viajeros suban al tren en este recorrido más dinero pierde Renfe, que no está tampoco para muchas alegrías. Por lo tanto, habrá que esperar a que eliminen esos abonos. Y, de momento, seguir protestando, a ver si nos oyen, que nos tienen abandonados.

No va a hacer falta puentearlo. Es la voz de su amo. Por eso, juguemos a la oca. Tiremos los dados a ver si tenemos suerte y nos sale la casilla número seis y podemos recitar aquella cantinela que decía «de puente a puente y a ver si a este tío se lo lleva la corriente».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad