Así nos luce el pelo

Se llama Miguel Tellado, es la mano derecha de Feijóo en el Partido Popular gallego y no tiene ni un pelo de tonto.

Y es que este sábado, la «vice» no se cortó un pelo en la convención socialista que se celebró en A Coruña y se dirigió a él como «este hombre que habéis mandado p'allá, pa Madrid... del de las gafas. Bueno los dos tienen gafas (en referencia a Núñez Feijóo también), del que tiene menos pelo... del Tellado».

A Google le vino al pelo la frase, porque las búsquedas de Tellado crecieron exponencialmente el fin de semana. Todo el mundo quería conocer al tipo al que la ministra de Hacienda había intentado torpemente tomar el pelo.

Los amigos de este ferrolano salieron con prontitud a la palestra de las redes sociales para defender que nadie le toque un pelo, mientras que los seguidores de la sevillana prefirieron mirar para otro lado y echar pelillos a la mar.

Tras la mofa, el aludido se erigió en representante de ese 42,6 por ciento de hombres que son calvos y le respondió a la ministra que lo que realmente le preocupa no es que no tenga un pelo en la cabeza sino que no tiene pelos en la lengua. Y a tenor de su trayectoria, caracterizada por un verbo corrosivo y mucha habilidad para llevar el partido desde la trastienda, no le falta razón.

No es la primera vez María Jesús Montero nos pone los pelos de punta. Todavía estoy tirándome de los pelos -de momento la alopecia se está portando bien conmigo- al recordar cuando dijo aquello de «el Gobierno es plenamente consciente de que la cultura es la libertad y la libertad, la democracia...» (sic). O cuando espetó a una periodista «pasarse en un presupuesto es fácil (...) chiqui, 1.200 millones no son nada». O en aquella rueda de prensa en la que explicó que el Gobierno había solicitado «en torno al billón, billón y medio de euros». Y es que cuando se suelta el pelo, no hay quien la pare.

A pesar de haber estado este fin de semana por tierras gallegas, no se le vio el pelo en la manifestación del domingo en Santiago de Compostela «en defensa del futuro del mar» tras el vertido de pélets que afecta desde hace más de un mes a las costas del norte de España. Para dar para el pelo a la Xunta, el Gobierno mandó a la «vice» segunda, que llegó por los pelos a la protesta que protagonizaron unas 15.000 personas, según la Policía Local compostelana. Curiosamente la misma cifra que sus homólogos salmantinos dieron de la concentración de la Plaza Mayor en la que reclamamos mejores conexiones ferroviarias para Salamanca. Mismas cifras, pero diferente tratamiento en los telediarios. De la primera informaron con pelos y señales y la nuestra quedó algo diluida con otras de medio pelo que se dieron en otras diez ciudades por las que discurre la Ruta de la Plata.

No me gustó un pelo cómo se refirió la Montero al Tellado. No solo por el fondo del asunto -ojo, somos el segundo país del mundo con más calvos después de la República Checa-, sino sobre todo por la forma chulesca que empleó para decirlo. No es propia de una de las máximas autoridades del Estado español, ni siquiera cuando esté apoyada en la barra de un bar. Se le debería caer el pelo (metafóricamente hablando, claro). Pero no va a ser así.

Y en lo que la clase política se entretiene en estas tonterías y nos recuerda qué tal le irán los negocios a Cristiano Ronaldo -la ocasión la pintan calva-, así nos luce el pelo.