Echar a Sánchez por correo

Y es que una buena parte de los españoles se vio reflejada perfectamente en la locutora catalana. Con lo que cuesta ajustar los cuadrantes de vacaciones en cualquier empresa, con las ganas que tiene el personal de disfrutar de unos días de asueto, tras estos pandémicos años que parece ya hemos dejado atrás, con lo que nos ha costado superar una campaña electoral como la de las municipales, llega este tipo y nos llama a las urnas un 23 de julio.

No hay quién lo entienda. Y encima gallegos, navarros, vascos y también castellanos y leoneses, estos últimos por obra y gracia de Vox, de puente por la festividad de «Santiago y cierra España».

Deben estar contentos los miembros de las Juntas Electorales porque deberán dirimir si el hecho de estar de vacaciones en Cancún o tenerlas reservadas con un billete de avión que vale una pasta exime o no de ser presidente de mesa, por ejemplo. La Ley obliga al ciudadano a cumplir con su obligación, caiga quien caiga, aunque, por fortuna, deja en manos de la Junta Electoral de zona la posibilidad de validar este tipo de excusas. Para que lo tengan en cuenta, las últimas decisiones de estos organismos iban encaminadas a aceptar las alegaciones a aquellos que tenían reservadas las vacaciones -vuelos, hoteles, etc.- antes de la fecha de convocatoria de elecciones y lo puedan demostrar documentalmente. Si no las tienen contratadas, comiencen a rezar para que no les chafen sus días de descanso. Y si usted es policía o guardia civil, emplee sus plegarias en otra cosa porque, como a los periodistas y a otras profesiones, les tocará «disfrutar» de la «fiesta de la democracia». Gracias, presidente.

Viendo el panorama, muchos no piensan renunciar a sus planes, pero, a la vez, cumplirán con su deber ciudadano votando por correo, algo que se puede solicitar desde ayer mismo en las oficinas de Correos. Sí, justo dos días después de que hayamos depositado la papeleta en las urnas.

Les ahorro contarles todo el proceso para que no cunda el desánimo. Tampoco querría recordarles que en los recientes comicios vivimos unos desagradables escándalos en Melilla, Mojácar, La Gomera, Albudeite, Moraleja de Sayago, Bigastro o Finestrat por supuestas irregularidades en este sistema de votación. No se preocupen, tal y como viene de calentita la próxima campaña electoral y con un más que probable aumento del voto por correo, saltarán más casos de presunta corrupción en este sentido. Ciertos algunos, muchos otros totalmente falsos. Ya saben, algunos partidos montan la escandalera sin escrúpulo alguno con el único fin de dañar al contrario en pleno proceso electoral. Una vez archivadas las denuncias de fraude, ya nadie se acordará de cuál fue el resultado. Las cloacas de la política.

Por eso, no tengan miedo. De momento, no somos el país bananero en el que algunos -que, por cierto, casi han desaparecido del mapa electoral- nos quieren convertir. Voten. Si están en Salamanca, háganlo en su mesa electoral correspondiente. Y si creen que ese fin de semana las aguas de Marbella, Santander o Aveiro bañarán su cuerpo, vayan solicitando ya el voto por correo. Solo así podrán, si lo estiman conveniente, echar a Pedro Sánchez.