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Opinión

La banda del Peugeot

Quien fuera único líder regional leal a Pedro Sánchez hace ocho años acaba de recibir un buen sopapo como premio

Martes, 15 de octubre 2024, 06:00

Dentro de unos días se cumplirán ocho años desde que Pedro Sánchez escribiera en Twitter, cuando la red social todavía se llamaba así: «El lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo todos los rincones de España y escuchar». Acababa de ser defenestrado por la cúpula de su partido tras perder las últimas dos elecciones generales y propugnar un gobierno de coalición con partidos de extrema izquierda, nacionalistas e independentistas que impidiera la continuidad de Mariano Rajoy. Dicho y hecho. Se montó en un 407 diésel y comenzó su peregrinaje por las sedes del PSOE engatusando a la militancia de cara a las elecciones primarias que iban a tener lugar al año siguiente.

En muchos de estos viajes iba acompañado de Santos Cerdán, de José Luis Ábalos, de Koldo García y también de Adriana Lastra. «La banda del Peugeot» bautizó con sorna hace unos meses el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Miguel Tellado, a este curioso grupo que estos días acapara las portadas de todos los medios de comunicación. Y no precisamente por algo bonito.

En su periplo por Cantabria, Koldo le hizo de chófer. En Xirivella, el feudo de Ábalos, se dio cuenta de que tenía más apoyo del que en un principio podía pensar. A los tres meses, en Dos Hermanas, anunció ante tres mil socialistas: «La militancia tendrá su candidatura. Será un orgullo liderar vuestra causa que es mi causa. Seré candidato a la secretaría general y recuperaremos el Partido Socialista». Cerdán dijo entonces que parecía «un mesías».

El «número 1» también vino a Salamanca, en concreto al hotel Doña Brígida, en Villamayor. El auditorio, con capacidad para unas 400 personas se quedó pequeño. Se fletaron autobuses desde la sede socialista de la cuesta de San Blas. También se acercaron militantes desde Ávila y Zamora. En el acto hablaron la concejala de Villamayor María Cuesta; el exlíder regional de UGT, Agustín Prieto, y la eurodiputada Iratxe García. Por las primeras filas se pudo ver a históricos del PSOE salmantino como Jesús Málaga, Paco Martín del Molino, José Castro Rabadán, Miguel Ángel Quintanilla o Cipriano González. Sentado junto a Sánchez, aparecía entre sonrisas el secretario regional autonómico Luis Tudanca, que escuchó atento cómo su amigo reclamaba unas primarias limpias, libres de descalificaciones y difamaciones. Ambos acabaron cantando la Internacional con el puño en alto junto a una entregada concurrencia.

Pero qué cosas tiene la vida, ¿verdad? Aquel joven que iba a regenerar el PSOE impide ahora, desde la calle Ferraz y porque es el «puto amo», la celebración de elecciones primarias en Castilla y León antes de que tenga lugar el Congreso Federal socialista del próximo 29 de noviembre en Sevilla. Da igual que el comité autonómico socialista hubiera aprobado todo lo contrario, en un claro ejemplo de intromisión en la vida orgánica de un territorio. Tudanca no gusta en Madrid y hay que ir moviéndole el sillón.

Quien fuera el único líder regional que se mantuvo leal a Pedro Sánchez tras su caída a los infiernos acaba de recibir un buen sopapo como premio. En nada se ha valorado que Tudanca defendiera lo indefendible en cuestiones como la amnistía o el concierto catalán en una tierra como Castilla y León. Mucho menos se ha apreciado que en 2019 el burgalés consiguiera que el PSOE ganara las elecciones autonómicas por primera vez en tres décadas. Desde el oficialismo sanchista se ve a Tudanca como un político absolutamente amortizado.

Es lo que tiene, querido Luis, hacer tratos con el líder de la banda del Peugeot.

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