¡Preparen la cartera!

Váyanse haciendo a la idea de que vamos a tener que pagar por las autovías, porque de lo contrario nos quedamos sin 8.000 millones de los fondos europeos. Dicho esto, una vez más el señor de La Moncloa volvió a mentir en el debate con Feijóo con un descaro que asombra. Y luego salieron todos los palmeros a reiterar sus trolas, como si de tanto repetirlas se fueran a convertir en verdades.

Creo que Sánchez tiene una conducta mitómana, es decir un trastorno psicológico de la conducta que lleva a una persona a mentir compulsivamente. A partir de ahora, en los diccionarios de los manuales de psicología aplicada se admitirá «sanchismo» como sinónimo de mitómano. Pero un mitómano, normalmente, sufre trastornos frecuentes de ansiedad, que es lo que le debe estar pasando al presidente en esta campaña.

La mentira le ha colonizado de tal manera, que ya no distingue la realidad de la ficción. Los suyos han tenido que salir en su auxilio. «No te dejaremos solo», es la campaña de sus acólitos, de sus afines, de los que han perdido la perspectiva y creen a ciegas en el sanchismo, que ha borrado de un plumazo a la socialdemocracia que ha caracterizado al socialismo de Felipe González, Joaquín Almunia o José Borrell.

Y es que Sánchez, pese a sus mentiras, sigue teniendo muchos seguidores, tantos que su suelo electoral, según todas las encuestas, puede superar el centenar de diputados. La red clientelar tejida durante su mandato es la más potente de toda la democracia. Nunca ha habido tantos cargos y tantos puestos repartidos entre familiares, amigos y conocidos.

«¿Qué pasará el domingo?», es la pregunta del millón. Pues que si gana Sánchez a los salmantinos nos van a acribillar, porque llegamos tarde a las autovías, pero tenemos tres, las tres que nos permiten estar menos aislados en el Oeste. Lo que ya no podemos tragarnos es que después de firmar un «papelito» que nos compromete con Europa a cambio de recibir el segundo paquete de ayudas europeas -8.000 millones de euros- todo va a quedar en un malentendido. O pagamos o nos jugamos los 8.000 millones. Creo que pagamos.

El director general de Tráfico, Pere Navarro, tuvo hace una semana un ataque de sinceridad y confirmó lo que todos nos temíamos vista la trayectoria de embustes: que en cuanto empezara el 2024 teníamos que pagar por circular por las autovías. Al momento, salieron en tropel cargos socialistas a corregirlo, entre ellas la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que hizo un desmentido categórico y no le importó dejar en evidencia y como un farsante a su compañero de partido.

Este Gobierno debe pensar que Europa en un continente «mu grande», como diría una exministra de infausto recuerdo, y que nadie se entera de los embustes que cuentan desde la sala del Consejo de Ministros.

No crean que el jueves, cuando la portavoz comunitaria dejó en paños menores al propio Sánchez, se ruborizaron. Dijeron que el documento que habían entregado a cambio de los fondos, un compromiso por escrito rubricado por el propio ejecutivo español, era papel mojado, viejo y trasnochado y que no se iba a cobrar por las autovías.

El presidente está raro, ayer suspendió dos entrevistas que tenía apalabradas con bastante antelación en medios de máxima audiencia y el pobre David Serrada, secretario general de los socialistas salmantinos y cabeza de lista al Congreso, ayer lo pasó tan mal que se equivocó y pidió concentrar el voto en el Parido Popular.

Al mentiroso siempre se le acaba pillando.