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DESDE LA TRIBUNA

¡Que no convoca!

Por cierto, ¿en qué quedamos, las elecciones eran en clave local o era un plebiscito en clave nacional? ·

Martes, 30 de mayo 2023, 05:00

Sánchez muere matando. Los suyos justifican su rápida asunción de responsabilidades por la derrota sin paliativos. Por cierto, ¿en qué quedamos, las elecciones eran en clave local o nacional? Por mucho que se empeñaron los candidatos, quien le dio el toque nacional y las convirtió en un plebiscito entre Feijóo y Sánchez fue el presidente del Gobierno, que en precampaña utilizó con descaro el Consejo de Ministros para comprar voluntades electorales: viviendas para todos, viajes gratis en tren para las vacaciones de los jóvenes, Cine de Barrio para los mayores… todo para contrarrestar el despropósito de consecuencias todavía desconocidas de la Ley del Solo Sí es Sí, que ha puesto en la calle a más de un millar de agresores sexuales o la Ley de Vivienda, que es un dislate para los pequeños ahorradores, para los negocios inmobiliarios y para los inquilinos y favorece a los «okupas», por no hablar de la estrecha relación del presidente con el mundo etarra, que se puso aún más de manifiesto con la inclusión de varios miembros de la banda en las listas del Bildu o como traca final, la corrupción destapada a cuenta de la compra del voto por correo en Melilla, con secuestros incluidos. Y como no hay crimen ni robo perfectos, Sánchez cayó y ni siquiera Tezanos ha podido maquillar la derrota sin paliativos.

La convocatoria electoral por sorpresa para el 23 de julio es otro disparate sin ningún sentido. Nadie entiende que haga coincidir la contienda electoral con la presidencia de la Unión Europea, en el segundo semestre de este año. Puede ser que haya hecho un cálculo electoralista y piense que puede mejorar su imagen, pero no deja de ser una auténtica temeridad que no haya pensado en que también podría coincidir con un cambio de gobierno o, incluso, con otra campaña electoral si no hay ningún partido capaz de obtener los respaldos suficientes para que salga adelante una investidura. No es la primera vez que ocurre.

Sánchez quiere salvar los muebles y aprovechar también el desarme de la izquierda radical, que ha sido otra de las grandes damnificadas de estas elecciones. Pero si yo fuera Sánchez me retiraba tranquilamente con el sueldo vitalicio de casi 80.000 euros, funcionarios a su servicio, oficina, chófer y viajes gratis. Y además le permiten dar conferencias por el mundo y bien remuneradas, como hace Zapatero en los países bolivarianos donde tanto le quieren.

Supongo que lo habrá pensado, pero si él ha convocado las elecciones no creo que sea para que le toque a otro de su partido torear ese morlaco tan feo. La cosa no pinta bien para el PSOE, aunque Sánchez es un superviviente que hasta ahora ha salido indemne de todos los estropicios que ha hecho. Cierto es que en estas elecciones los únicos que se han salvado de la quema de las urnas han sido los que se han apartado y de él, los que han mostrado públicamente sus discrepancias. Page se ha salvado de milagro y ha sido por su equidistancia medida electoralmente con el presidente Sánchez. Al resto les ha hundido en la miseria. En el pecado llevan la penitencia porque tanto servilismo ni siquiera les garantiza tener un puesto en las listas.

Mañueco no es tan tonto: no adelanta elecciones. No sé quién ha dicho que Génova le iba a obligar a romper los pactos con Vox. No es verdad. Feijóo no es como Casado ni como otros líderes que utilizan el ordeno y mando para demostrar la fuerza que no tienen dentro de las organizaciones. Ese podría ser un argumento. Otro que también valdría es que el presidente nacional del PP no va a despreciar la posibilidad de volver a gobernar la Comunidad Valenciana y Extremadura, entre otras instituciones, y eso solo es posible entendiéndose con los de Abascal. Sería una estupidez arriesgar Castilla y León y enfadar a Vox. Nada, Mañueco no convoca elecciones.

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