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DESDE LA TRIBUNA

¡Ay mi churri!

A ellas les molesta que se utilicen palabras que pueden significar juventud, pero a mí que se gaste el dinero público en estupideces

Miércoles, 30 de agosto 2023, 06:00

Estoy perpleja con la campañita ideada por el Ayuntamiento de Soria que tiene como protagonistas diferentes personajes, entre ellos la exconcejala de Izquierda Unida en Salamanca, Virginia Carreras. Dicen que es para concienciar a la sociedad sobre el uso de la palabra señora.

La campaña es de nota. Ha costado 15.000 eurazos y pretende mentalizar sobre un supuesto problema que tenemos las mujeres, que como siempre nos aleja de la ansiada igualdad, algo en lo que yo, como mujer, ni siquiera había reparado. A mí nadie me llama ni me ha llamado: «churri», «cuchi», «chiqui» o «zagalita». Pero si alguien me llama joven o chiquilla, lejos de enfadarme, se lo agradezco en el alma porque eso significa que me ve bien. Lo veo como un halago, aunque tampoco me molesta que me llamen señora. No entiendo la connotación negativa de adjetivos que la autora de la campaña llama «infantiles».

La promotora ha sido la concejal de Igualdad de Soria, Gloria Gonzalo, que ha explicado que lo que pretenden es hacer reflexionar a la gente sobre la forma de utilizar el lenguaje y específicamente de la «infantilización» que sufrimos las mujeres, que nos niega y oculta la madurez «contribuyendo a perpetuar ideas de subordinación de las mujeres ante los hombres». No puedo estar más en desacuerdo con ella, vamos que no la entiendo.

A mí, sin que ningún hombre intervenga en el asunto, me gusta cuidarme, a ser posible estar delgada y aparentar menos edad de la que tengo. Y a la mayoría de los hombres que conozco les pasa lo mismo. Se cuidan, aunque a veces pueda más la tentación de las cervezas que no tener barriga.

Tengo compañeros varones que se cuidan mucho más que las mujeres, que hacen más deporte y que están más tiempo a dieta que las chicas -lo siento si le molesta el término-. El objetivo: estar bien físicamente, verse bien y eso implica, parecer más joven. No veo ni sometimiento ni nada que se le parezca. Hoy estamos mucho más concienciados con conseguir la «eterna» juventud por igual los hombres y las mujeres. Es cierto que los patrones que se presentan como atractivos conllevan estar más delgados, más en forma y utilizar cada día más cremas y productos de belleza que nos disimulen las arrugas y nos devuelvan la piel que teníamos con 20 o 30 años.

Las autoras de la campaña se sorprenderían si fueran a las perfumerías y preguntaran cuántas cremas para disimular las arrugas venden para hombres. O cuántos hombres acuden hoy a los salones de belleza para depilarse y también para hacerse tratamientos de cirugía estética. Por no hablar de los que van a las clínicas para realizarse implantes capilares. Todos ellos buscan sentirse más guapos y más jóvenes.

Y también les digo, que si a un varón entrado en años, que peina canas y soporta estoicamente una barriga cervecera lo llaman joven, muchachito o jovencito se pondrían a dar saltos de alegría. No creo que se sintiera utilizado o ninguneado por las mujeres. Seguro que estaría mucho más contento que si lo llaman señor.

A ellas les molesta que se utilicen palabras que pueden significar juventud, pero a mí lo que me molesta es que se gaste el dinero público en estupideces y que se promueva el inglés en lugar del castellano. No podemos utilizar: «Perdona, llámame señora» como eslogan de la campaña, en lugar de «Perdona, call me señora». Somos tontos, ¿o qué?

Hemos llegado a tal grado de absurdo que no sé dónde vamos a llegar. En Soria necesitan más infraestructuras y menos estupideces. Igual que el deporte necesita más sentido común, más valores y menos circo a la puerta de las iglesias.

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