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El lunes Zapatero terminó de arruinar la campaña del PSOE. Si éramos pocos… A medida que escuchaba ayer el vídeo del mitin, me iba quedando como uno de los hombres que asistió a la conferencia del líder planetario: con la boca abierta. Les recomiendo que vean la profunda disertación sobre el infinito, que es infinito o el planeta tierra, que es el único sitio del Universo donde se puede leer o amar, según el expresidente del Gobierno.
A Zapatero siempre le gustaron mucho los planetas y supervisar nubes. De hecho, él mismo confesó que el mejor destino después de abandonar el palacio de La Moncloa era supervisar nubes. Fue protagonista de un acontecimiento histórico que se produjo en nuestro planeta -tarde, pero se produjo- «dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, dos liderazgos, una visión del mundo…». Le costó lo suyo, pero finalmente se hizo una foto con el presidente de los Estados Unidos.
Zapatero tiene un halo místico que, unido a su característica ceja, da la falsa impresión de que es un poco idiota. Ahora podemos confirmar que se hace el idiota y así, como diría Shakira, hace caja, sobre todo a costa de repúblicas bananeras como Venezuela, a la que tantas veces ha defendido, aunque su presidente, Nicolás Maduro, tenga a sus súbditos muertos de hambre.
En el mitin del lunes parecía que le habían dado alguna sustancia interplanetaria traída desde Venezuela y en mal estado, porque no solo causaron estupor las bobadas que dijo, sorprendió el tono ido y lerdo que utilizó y la mirada perdida.
El ex del PSOE se hace el tonto, pero en realidad es un listo que quiere seguir manteniendo el importante negociete en esos países donde los derechos humanos son una quimera y comer o disponer de los más elementales servicios, un lujo reservado solo para los que comulgan con el régimen sin rechistar. Por supuesto, ni se respetan los derechos humanos ni existe libertad de expresión.
Zapatero definitivamente no tiene de tonto un pelo, aunque lo parezca. Es un listo, muy listo, que ha sabido aprovechar esta campaña para seguir facturando gracias a Sánchez. A él le interesa entre poco y nada el PSOE. Lo que le interesa es que siga un presidente propicio para la buena marcha del negocio.
¿Tan desesperado está el sanchismo para tener a Zp como estrella invitada de casi todos los mítines? Pues sí, tan desesperado, que ayer casi aparecen los trenes perdidos y los maquinistas extraviados y que no nos permiten, según el Gobierno, restablecer la cuarta frecuencia que nos quitaron cuando estalló la pandemia.
Imagino que alguien llamó a Renfe para pedirle un último favor para que hagamos un acto de fe supremo y nos creamos que a finales de año se restablecerá el servicio, porque al parecer todavía andan buscando las máquinas que se debieron de extraviar hace tres años.
El problema es que el PSOE ya tiene escaso crédito, porque casualmente el anuncio de «buena voluntad» llega a escasos cinco días para que votemos y cuando las encuestas le son desfavorables.
¡Cómo estarán de desesperados! El portavoz del PSOE en la Diputación, Fernando Rubio, aprovechó ayer los micrófonos en la constitución de la nueva corporación provincial para ensuciar el acto con un asunto, como el de las primarias del PP, juzgado y archivado. Es decir, el juez, pese a que a los socialistas les cueste aceptarlo, ha dicho que no hay delito, que pueden volver a presentar cuantas denuncias, anónimas o no, estimen convenientes. Ya van unas cuantas y nada.
Atención: hoy visita Salamanca el extraterrestre Zp, esperemos que se le hayan pasado las alucinaciones.
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