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CON OJO DE MUJER

Salamanca-Sevilla: último viaje

Alfredo mantenía un cordón umbilical continuo con Salamanca gracias a LA GACETA. Sé con certeza que a diario la leía ·

Sábado, 1 de julio 2023, 07:52

Cada vez que desde la A-66 divisaba las torres de Salamanca, el corazón se alborozaba y cuando de regreso a Sevilla, las mismas torres quedaban a su espalda, una parte de pena contenida habitaba ese mismo corazón. Eso lo decía Alfredo Flores Pérez (Salamanca 1933- Sevilla, junio 2023) uno de nuestros más insignes y mediáticos salmantinos, al menos durante su larga carrera de fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla. Es conocida por todos los lectores su brillante carrera profesional, donde sus vastos conocimientos no estuvieron exentos de importantes etapas de dificultades sobrevenidas y de las que, sin duda, siempre salió airoso.

Este ojo que observa no pretende hablar del fiscal, para ello ya hay doctrina, lo que pretende es hacer una lembranza de un salmantino que jamás olvidó su Salamanca y que, desde su querida Sevilla ciudad que le acogió sin reparos, jamás dejó de amar su ciudad natal donde se enamoró de la que fuera su mujer María Luz Prada, salmantina también y vecina desde siempre de la calle de la Rúa donde aún tienen domicilio familiar. Alfredo mantenía un cordón umbilical continuo con Salamanca gracias a LA GACETA. Sé con certeza que a diario la leía, como otros muchos salmantinos que, estando en la lejanía, no dejan de informarse de cuanto ocurre entre las piedras doradas y bañadas por el Tormes. Sabía de su ciudad casi todo. Conocía y leía a todos los colaboradores de opinión, espacio éste que me proporcionó la oportunidad de mantener largas conversaciones con este hombre culto, inteligente y de una calidad humana impresionante. Humanista hasta la médula, con un amor infinito a su hermandad de San Gonzalo y a la Virgen de la Salud, sin duda fue un ejemplo perfecto de lo que debe ser un demócrata-cristiano, formando parte de ese arco tan extraordinario en el que nos encontramos una parte importante de la población de este País.

Es muy difícil ser profeta en tu tierra pero creo que él tuvo la facultad, gracias a su buen proceder, de ser reconocido en ambas, tanto en Salamanca como en Sevilla. A sus hijos Alfredo Flores Prada, fiscal jefe de Huelva e Ignacio Flores Prada, catedrático de Derecho Procesal en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, tanto María Luz como él, les supieron transmitir el amor por Salamanca e inculcarles las bondades de una ciudad a la que siempre hay que saber regresar, como estoy segura que ellos harán.

Desgraciadamente son muchos los que se van de nuestra tierra, pues Salamanca forma a las personas para poder volar por la vida, ya que no puede ofrecer salidas profesionales para todo el extraordinario capital humano que forma.

La reflexión es que ojalá seamos capaces de, como decía Cervantes, seguir provocando el «Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado»

Desde este ojo de mujer de Salamanca, descansa en paz en Sevilla, querido amigo.

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