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¿Las noticias importantes siempre nos cogen con el paso cambiado? Pues algunas veces sí, otras no. Es cierto que en el ambiente universitario había rumores, pero no se esperaba una dimisión tan de repente. La propia ciudad se incendió el jueves con la noticia: «El rector ha dimitido». Fueras donde fueras, era la noticia del día y evidentemente sorprendió a propios y extraños.

A este ojo que observa el martes alguien le preguntó si sabía algo de una posible dimisión del Rector. Contesté que algo se oía, pero que de ser, sería para más adelante. Es cierto que en la última elección del Claustro, él no tuvo los apoyos que debe tener quien lleva las riendas del Gobierno del Estudio, entre otras cosas porque ni siquiera presentó listas propias y que en la última reunión del mismo, el 5 de marzo, todas las Comisiones salieron con mayoría del que se perfila como nuevo candidato a rector, Juan Manuel Corchado.

Pero esta repentina y rápida decisión, que ahora parece ser sí que había dado ciertos signos, sobre todo en el entorno más próximo, por movimientos de cajas y libros, se venía realizando desde hace algunos días.

La reflexión que nos debemos hacer es que los cambios que se ciernen sobre la industria más grande de Salamanca y una de las más importantes de Castilla y León, la Universidad de Salamanca, deberían hacerse teniendo en cuenta los tiempos y el debate universitario.

Son muchas las especulaciones que en este momento saltan a la palestra tras este movimiento aparentemente inesperado en el tablero de ajedrez académico. Los tiempos son muy importantes para que se produzca una sustitución donde todos los posibles candidatos jueguen con las mismas oportunidades. ¿Podrá ser así?

El termómetro de la comunidad universitaria se ha elevado mucho de temperatura, no solo porque hay ámbitos muy disgustados y enfadados, sino porque preparar candidaturas a estas alturas del curso académico se convierte en una tarea ardua en un tiempo récord.

Yo me formé en esta Universidad y en mi casa se vivía el Estudio con el respeto máximo a una Institución donde el debate intelectual era la base intocable de la misma. Académicamente este movimiento, en mi modesto parecer, lesiona gravemente la libertad y el tiempo de debate intelectual que requiere un cambio de timonel en una Institución de prestigio mundial. Me huele más a juego político que a debate intelectual.

Crecí al amparo de la Universidad desde niña y el legado que nos dejó el sr. Bueno fue que por encima de intereses partidistas siempre ha de primar el interés de la institución académica, fortaleciéndola y blindándola ante la falta de diálogo, debate y evolución.

Estaremos muy atentos a los próximos movimientos en este ocho veces centenario tablero universitario, que nos desvelarán si realmente ha habido alfombra o no.

Pero ya dijo Platón: «Nada sucede por casualidad».

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lagacetadesalamanca Tú me dejas el camino libre y yo te pongo la alfombra