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Entre Harrods y Lafayette

Hacen falta más bien personas dispuestas a poner el punto de mira en el corazón de cada ser humano

Lunes, 9 de diciembre 2024, 05:30

No puedo por menos que aludir a uno de los últimos vídeos promocionales del alcalde de Santa Marta, David Mingo quien, en un alarde de amor y puesta en valor de su pueblo, no duda en entrar a comparar los almacenes Harrods, allá en pleno centro de Londres, y las Galerías Lafayette en París con la tienda de Navidad en la mismísima Santa Marta. Muchos dirán que hace falta valor, que si es un exagerado, que ya le vale la bobada, que menuda chorrada... Y no sé cuántas cosas más. Sin embargo, más allá de todo eso me quedo con la ilusión, el esfuerzo, las ganas y, sobre todo, el amor por el pueblo. Algo que se pone de manifiesto a través de tantas iniciativas y creatividad. No es el único, el edil de Ciudad Rodrigo también hace lo propio. Ayer sin ir más lejos, arrimó el ascua a su sardina, más bien a Ciudad Rodrigo, con un acto de reconocimiento a Dámaso Ledesma. De la mano del gran Florencio Maillo y con el apoyo de la Diputación de Salamanca, así como de la diócesis Mirobrigense, juntamente con un grupo de ciudadanos amantes de su Miróbriga natal, luce un hermoso cuadro que realza la obra y la figura de don Dámaso. Esta Salamanca nuestra mejoraría mucho si dejara de ser tan cainita por momentos y se volcará en buscar puntos de encuentro más allá de las diferencias. Como Santa Marta o Ciudad Rodrigo muchos más, cada uno arrimando el hombro y sumando como buenamente puede, podamos, haremos posible la Navidad. Me vale el gesto solidario del ayuntamiento de Sieteiglesias de Tormes prescindiendo de la iluminación navideña para donar lo que se ahorran en luces e iluminar con un poco de esperanza la aguada Navidad de Valencia. Me encanta y valoro el humilde y entrañable detalle navideño de un grupo de mujeres de Cordovilla que ganchillando y ganchillando, con agujas y no con la lengua, han elaborado con esfuerzo y paciencia un árbol de Navidad de dos metros de alto, alegrando así con una decoración multicolor la Comunidad Terapéutica de PH Salamanca. Dónde un grupo de personas pasarán estas fiestas olvidados por muchos pero recordados y valorados con todo el cariño por quienes entienden que salir del mundo de las adicciones no es tarea fácil.

Entre Harrods y Lafayette existe otra vida, que lejos del consumismo sabe mantener el espíritu de la Navidad desde los valores y los sentimientos. Desde el encuentro y el compartir solidario, sin necesidad de consumir y consumir como si no hubiera mañana. No hacen falta tantas luces como en Vigo para iluminar la auténtica Navidad, hacen falta más bien personas dispuestas a poner el punto de mira en el corazón de cada ser humano, capaces de disparar sobre los demás lo mejor de nosotros mismos. No me quiero poner en modo homilía, pero si tocar la conciencia, la mía y la del otro, para que bajemos la Navidad a la autenticidad, a la honestidad, a la fragilidad, a la sinceridad, a la bondad y la solidaridad, a la generosidad y a la fraternidad, a la sensibilidad que no a la sensiblería ni la ñoñería... para que la Navidad sea realidad y no el deseo de que se pase cuanto antes.

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