¿Qué quedará de España?

Sospecho que Puigdemont, Junqueras y el resto de los golpistas catalanes han desistido de declarar la independencia de Cataluña. No lo necesitan. Todo lo que querían conseguir lo están logrando gracias a la magnanimidad perversa y el bandolerismo de Pedro Sánchez, dispuesto a vender la nación a trozos y lo que haga falta para seguir volando en Falcon.

No les hace falta declarar otra vez la independencia porque con el sanchismo en el poder están alcanzando uno a uno todos sus objetivos. Lo que siempre se les negó porque iba contra la Constitución y/o contra la unidad de España, les ha ido cayendo del cielo de la Moncloa: desde la amnistía a la eliminación del delito de sedición, pasando por la rebaja del de malversación, la gestión de los trenes de cercanías, el catalán en el Congreso y el Senado, la quita de la deuda y ahora el control de las fronteras, de los carnés para extranjeros y la inmigración. Les falta rematar con el 'cupo catalán', que está al caer, y por último una justicia propia, aunque teniendo a Conde Pumpido a las órdenes de Sánchez en el Constitucional, tampoco les parece urgente porque tienen el perdón asegurado.

La cesión de las competencias en fronteras e inmigración constituye el último episodio de «cambio de opinión» del Gobierno sanchista. El propio presidente aseguraba hasta hace bien poco que la exigencia de Junts era imposible: «Respecto a la migración irregular, el artículo 149 de nuestra constitución es bastante claro, es taxativo, es la Administración del Estado, es el Estado en su conjunto quien tiene esas competencias. Eso no se puede transferir», declaró públicamente. Con la misma rotundidad se expresaron en su día el ministro Fernando Grande Marlaska o la portavoz Pilar Alegría. Con la misma rotundidad que ahora la delegación de competencias no solo les parece constitucional, sino justa y necesaria.

Los Mossos reemplazarán a la Guardia Civil y 1.800 agentes serán expulsados de Cataluña. Aumentará el número de efectivos de la policía autonómica catalana hasta conseguir que haya más mossos que la suma de todos los guardias civiles en Castilla y León, Galicia, Castilla-La Mancha y Valencia. Así lo denunciaron ayer en Salamanca directivos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que detectan la inquina del Gobierno con la Benemérita y se temen que les harán desaparecer de Cataluña y de otros territorios de España.

Los inmigrantes que Cataluña rechazará en ejercicio de sus competencias vendrán a Salamanca. Y la Abogacía del Estado, dependiente del Gobierno, dice que harán lo que les dé la gana en el futuro Centro de Inmigrantes de Puente Ladrillo porque las competencias en inmigración y extranjería son exclusivas del Estado según la Constitución y ahí la Junta no tiene nada que decir. Se ve que la Constitución es otra muy diferente para Cataluña. A la hora de exigir la reapertura del Tren Ruta de la Plata el PSOE se abstiene en el Senado, y cuando se vota a favor de recuperar los viajeros en la estación de tren de Ciudad Rodrigo los socialistas de las Cortes de Castilla y León no votan a favor. Aquí fomentan el desierto y en Cataluña apoyan el paraíso separatista.

No sabemos lo que quedará de España cuando Sánchez termine su mandato en 2027, pero ya tenemos un país roto, con un Estado catalán dentro del Estado español, con una parte de España marginada y otra privilegiada, con más desigualdad y más enfrentamiento entre territorios y con los separatistas triunfantes riéndose en la cara de los españoles leales. Y la 'fiesta' la pagamos usted y yo.