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Unos jamones para Trump

Si Sánchez contratara a un Elon Musk para adelgazar la administración, habría para defensa y sobraría para mandarle jamones a Trump

Domingo, 16 de febrero 2025, 06:00

Se respira un ambiente de terror en Europa. Las arremetidas fiscales y diplomáticas de Donald Trump están provocando una convulsión sin precedentes en Bruselas. Los que mandan en la UE debieron verlo venir, porque todo lo que está aprobando a toda velocidad lo anunció durante su campaña a la presidencia de los Estados Unidos, pero no lo hicieron y los puñetazos del norteamericano nos han pillado con la guardia baja, o más bien sin guardia.

Por un lado está la aplicación de aranceles a una larga lista de productos europeos, que puede desembocar en una brutal guerra comercial entre las dos superpotencias. Para Salamanca, esas tarifas aduaneras pueden ser dañinas, pero no una cuestión de vida o muerte. Las empresas de la provincia venden a EEUU alrededor de treinta millones de euros de un total de 1.200 que venden en todo el mundo, es decir, un 2,5 %. Peor lo van a pasar en otros en España, como Madrid, Aragón, País Vasco o Andalucía, con su acero, automóviles, frutas y aceites que pueden verse muy afectados.

Con el presidente norteamericano se puede estar un poco o muy en desacuerdo, pero eso ahora mismo da igual, porque tiene la sartén por el mango y no nos queda otra que bailar a su son. Frente a sus arremetidas caben dos posturas: la que te puede pedir el cuerpo, que es ponerte a su nivel de prepotencia, como está haciendo Pedro Sánchez, o utilizar la inteligencia y la diplomacia para reducir daños, como propone Alberto Núñez Feijóo. Queda una tercera vía, residual por descabellada, que es la liderada por Santiago Abascal, que no solo está de acuerdo con el republicano, sino que en esta guerra está más cerca de Putin que de las naciones europeas.

La situación es peliaguda porque Trump ha decidido renunciar a la tradicional condición de líder del mundo libre que ha venido asumiendo con gusto Estados Unidos al menos desde hace ochenta años. El inquilino de la Casa Blanca no quiere saber nada de defender los intereses del resto de naciones, sean aliadas, medioaliadas o neutrales.

Si Trump dice que no va a seguir costeando la seguridad militar de Europa a través de la OTAN, más vale que Europa se ponga cuanto antes a la tarea de fortalecer su propio sistema de defensa. Eso va a requerir un enorme esfuerzo de inversión, que puede llegar al 4 % del PIB de la UE. A todos nos encanta el pacifismo y nos repele incrementar el gasto militar, pero cuando te juegas la existencia frente a un desalmado imperialista como Putin, no queda otra que rascarse el bolsillo.

Para España la exigencia de aportar su parte en la defensa de Europa puede parecer dramática, porque nuestro Gobierno destina apenas un 1,3 % del PIB a gasto militar y tendría que multiplicarlo al menos por tres. Y digo que podría parecer porque hay margen. Solo hay que pensar que el Ejecutivo sanchista-comunista está recaudando cada año del orden de setenta mil millones más que el último gobierno de Rajoy, una cantidad que representa el 5 % del PIB de España. Dinero hay, lo que pasa es que Sánchez se lo gasta en mantener un aparato administrativo elefantiásico, con decenas de miles de funcionarios nuevos cada año, amén de chiringuitos, asesores, subvenciones y subsidios a tutiplén, publicidad y aparato de propaganda, ayudas a organismos internacionales y países 'amigos' como Marruecos… en total unos 60.000 millones de gasto político ineficiente.

Bastaría con contratar a un Elon Musk para que haga aquí la misma poda que está preparando en Estados Unidos. Podríamos cumplir con la inversión en defensa y sobraría para mandarle gratis unos jamones de Guijuelo al terrible Trump.

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