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Un debate con 'chicha'

El debate del estado de la Región no solo registró el habitual intercambio de insultos, sino que aportó medidas de interés ciudadano

Jueves, 27 de marzo 2025, 06:00

Estamos acostumbrados a que los debates parlamentarios sirvan tan solo para comprobar el bajo nivel de la oratoria y la alta capacidad para el insulto de los políticos que nos ha tocado sufrir. No fue ese el caso del debate sobre el estado de la Región, retitulado como debate de política general, celebrado ayer en las Cortes de Castilla y León. No faltaron las descalificaciones, que eso hubiera sido un milagro, pero por una vez y sin que sirva de precedente, había 'chicha' y novedades de interés para los castellanos y leoneses.

Incluso entre los habituales insultos hubo momentos de diversión, como cuando Alfonso Fernández Mañueco tildó al portavoz socialista, Luis Tudanca, de «piececita sustituida por otra en el engranaje de Sánchez», en referencia a su defenestración como secretario regional del PSOE en favor de Carlos Martínez. A Tudanca, que ya no se juega nada en este tipo de rifirrafes parlamentarios, solo se le ocurrió decir que las medidas anunciadas por el presidente de la Junta son «una maniobra publicitaria vacía».

Lo cierto es que en la maniobra había «chicha». El presidente Mañueco anunció dos medidas contundentes que pueden sonar a populismo, pero que tienen su sentido, su justificación y un objetivo claro: luchar contra la despoblación y favorecer a las familias con hijos.

La más relevante por su cuantía es la gratuidad del transporte metropolitano e interurbano en las nueve provincias de la Comunidad. Mientras el Ministerio de Transporte gestionado por el vallisoletano Óscar Puente se dedica a suprimir paradas de autocar en las poblaciones medianas de la Región, que es una manera de condenarlas al ostracismo y el declive, la Junta apuesta por facilitarles la vida a los habitantes de los pueblos, para quienes la comunicación entre sí y con las capitales de provincia resulta una cuestión esencial.

Esos servicios estaban subvencionados por el Gobierno central y el regional, pero ante las reticencias del Ministerio a la hora de continuar con su aportación, Mañueco lanza este órdago que solo puede redundar en una mejora sustancial de las condiciones de vida en las zonas con riesgo de despoblación. Algo que ni siquiera ha intentado el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico de Sara Aagesen, centrado en continuar con los programas de ecologismo radical diseñados por su antecesora Teresa Ribera.

La otra medida de alcance anunciada ayer por el presidente de la Junta supone la entrega de un bono de 200 euros para actividades extraescolares destinado a los niños y niñas de 4 a 12 años. Puede sonar a algo parecido a lo que en su día aprobó el Gobierno sanchista, aquellos 400 euros del bono cultural para jóvenes, pero no tiene mucho que ver. El 'regalo' del Gobierno iba destinado a los chavales que cumplían 18 años y alcanzaban por tanto la edad de votar, con la intención de darles motivos para elegir una papeleta con el puño y la rosa cuando les toque ejercer su derecho al voto. El dinero se lo podían gastar en videojuegos, plataformas musicales, consumo digital… en fin, un gancho electoral descarado.

Por el contrario, Mañueco dirige la ayuda a actividades extraescolares y consigue un doble fin: mejorar la formación de los escolares y fomentar la conciliación familiar.

Las diferencias entre unas y otras medidas son notables y dan cuenta de que si Castilla y León no quiere resignarse a permanecer en la España vaciada y marginada, tendrá que contar con sus propias fuerzas, porque de Ferraz y de La Moncloa no le van a llegar sino disgustos.

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