No deja de tener mérito la programación musical del Ayuntamiento en las presentes fiestas. Si el año pasado, salvo alguna venturosa excepción, parecía que habíamos tocado fondo y que les resultaría imposible ofrecernos en un futuro una programación más tediosa, este año lo han vuelto a superar. Con creces. Así que yo no me haría ilusiones para años venideros. Es obvio que le gustan los retos y aún queda margen para seguir esta tónica a la baja. Cualquier año nos presentarán un programa en el que solo contemplen una sesión de pasodobles taurinos perpetrados por la banda municipal y nos lo presentarán como el no va más.

Publicidad

Hace muchos años que cualquier buen aficionado a la música con cierto criterio y sensibilidad perdió todo interés en el programa festivo, pero cabía la esperanza de que al menos nos pudieran ofrecer propuestas populares masivas atractivas, frescas, con artistas de cierto peso o algún otro incentivo. Les propongo que repasen programas festivos de cualquier otra capital de provincia y comparen. No encontrarán otra con una programación festiva más anodina, repetitiva, pobre, pasada de moda, vulgar, sin aliciente alguno. Se lo aseguro.

Grupos y artistas con cachés infladísimos y que por estas latitudes tenemos quemados de tan vistos presentando los peores trabajos de su carrera, propuestas retro caducadas, algún grupo de relleno extraído de la letra pequeña de cualquier festival indie, artistas por consolidar y ya con tufo de perecederos, buena parte de ellos dirigidos al mismo público como si no se supiera o debiera atender la demanda de todos los gustos y edades. Una triste, vulgar, mediocre, reiterativa y grisácea programación que tal vez alcance para cubrir el expediente en las fiestas patronales de algún pueblo de la provincia o de salas nocturnas pero que en una ciudad como Salamanca solo hacen pensar que el interés que se le pone en ofrecer algo digno y decente tal vez se agote con menesteres más etílicos o alimenticios como pueda ser diseñar el mapa de casetas de la Feria del Día.

¿Qué importancia puede tener cuidar la programación musical en Salamanca por mucha insignia de ciudad cultural que nos colguemos en el pecho? Parecen preguntarse los programadores. Si al fin y al cabo, además, se tragan cualquier cosa que le echemos. ¿Es que no han visto bien abarrotada la Plaza Mayor el día que actuó Vanesa Martín, Fangoria, Nancys Rubias, Juan Magán o Café Quijano? ¿Pero qué más quieren?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad