Los nombres del candidato

Puede que lo que más me haya llamado la atención de esta campaña electoral a las municipales es que el candidato a alcalde por parte del Partido Popular aparezca con dos nombres distintos y un solo ser verdadero en los carteles. No me digan que a ustedes no les resulta esotérico y misterioso. Para mí que hay gato encerrado.

En los carteles dispuestos a ras de suelo por el centro (Puerta Zamora, Plaza del Liceo, Parque de La Alamedilla...) aparece como Carlos García Carbayo, que es como todos le conocemos y como lo nombran habitualmente los medios de comunicación pero en los carteles colgados por el cielo de ciertas avenidas (María Auxiliadora, Cipreses, Gran Vía) se nos revela con el nombre más oculto y anodino de Carlos Manuel García, es decir, añadiendo entre el nombre y el primer apellido un segundo apelativo, el de Manuel, poco aireado hasta la fecha, además de cepillarse directamente el segundo apellido, Carbayo, justo el que le daba carácter y personalidad.

¿Por qué motivo el candidato a alcalde del Partido Popular está utilizando dos nombres distintos? Se trata de un secreto interno del partido que nadie nos lo ha aclarado. Es más, aunque el propio interesado nos lo aclare, estoy seguro que lo que intentaría es liarnos. Les aconsejo que no se fíen de lo que diga al respecto.

¿Es un error chapucero de la imprenta encargada de una de las dos tiradas y han querido aprovechar los carteles? Todos sabemos que no. Los políticos si en algo se muestran espléndidos es en gastos electorales.

¿Es porque nuestro candidato a alcalde tiene problemas de doble personalidad? Pudiera ser. Lo hemos visto decir una cosa y hacer la contraria bastantes veces. Recuerden el asunto de los jeques donde al mismo tiempo alabó y desacreditó al concejal de Turismo. O su desconcertante comportamiento hacia Javier Iglesias, tan íntimo amigo y al mismo tiempo apestado para incluirlo en su candidatura. ¡Uff!

Yo me inclino a pensar que el motivo es que Carlos Manuel García a estas alturas ya está un poco harto del Carlos García Carbayo, como intuyo que les pasa a muchos salmantinos que sueñan con un cambio de rumbo tras mogollón de años gobernados por los mismos y que con mucha astucia haya optado por disimular haciéndonos creer que se trata de otra persona mucho más dispuesta a trabajar para que Salamanca progrese y ocupe el lugar que muchos pensamos que de verdad le correspondería.