La moción

Inspirados en el pleno de la diputación salmantina que la semana pasada a pesar de no ser asunto de su competencia votaban una proposición en contra de la tramitación de la supuesta ley de amnistía que presumiblemente elaborará el PSOE para facilitar la investidura de Sánchez, mi mujer y yo estamos redactando otra con el mismo asunto para que se vote en la próxima junta de vecinos que se celebrará en breve en el sótano de nuestro bloque, nuestro habitual lugar de reunión.

Y me estoy temiendo lo peor: que algún vecino impertinente venga a recordarnos a qué viene tal moción teniendo como tenemos otros asuntos de nuestra incumbencia graves y urgentes de los que ocuparnos. Sin ir más lejos: las humedades que atacan la fachada sur del edificio.

Pues bien, yo le contestaré lo mismito que la portavoz del PP, Pilar Sánchez, encargada de la defensa de esta moción, que en el pleno de la Diputación respondió a las protestas de los diputados de la oposición cuando estos le acusaban de no centrarse en los problemas propios de la institución: «Queridos vecinos míos, ¿no querrán ustedes ser cómplices de quien quiere vender España a cachitos, verdad que no? Pues a votar responsablemente y dejen de escaquearse que ya habrá tiempo para centrarnos en otras menudencias y caprichos vecinales».

¡Es tan obvio!: ¿De qué sirve que nos ocupemos de que se nos desmorone nuestro humilde bloque a trozos si no vigilamos, como asegura la diputada del PP y sus aliados de Vox, de que nos están vendiendo traicioneramente toda España?

Ya les iré contando en próximas entregas qué resulta de esta moción y la correspondiente votación en mi bloque de vecinos, pero esperemos que se resuelva satisfactoriamente para que todos podamos trasladar a la Moncloa nuestra enérgica condena a la citada amnistía que negocia el sanchismo.

Por cierto, de salir con éxito de esta experiencia, tenemos pensado para próximas juntas vecinales otra propuesta en la que los vecinos votaríamos en contra de la guerra en Ucrania emitiendo un veredicto de condena que enviaríamos al señor Putin para que suspenda inmediatamente la invasión que tantos problemas está creando en todo el mundo mundial. Aunque quizás lo natural sería una en la que propusiéramos que en la Diputación dejaran de hacer el tonto y ser tan demagogos y oportunistas centrándose en los verdaderos problemas de la provincia de Salamanca que es para lo que los elegimos.