La semana pasada, en un acto institucional con motivo del Día Internacional de la Mujer, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se puso espléndido ante un público conformado por mujeres y tras prometerle que la Junta costeará hasta 12 meses de la Seguridad Social a las más jóvenes trabajadoras y hacerse un selfi con las asistentes, se vino tan arriba que les soltó al pie de la letra: «No nos podemos permitir el lujo, como sociedad, de perder el 50 % del talento, como es el talento femenino. Por eso, creo que es importante que todas las administraciones, y desde el Gobierno de Castilla y León así lo hacemos, trabajemos todos en favor de la igualdad».

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Claro, Mañueco se sabe la teoría fenomenal, pero luego en la práctica cuando ellas se asoman a la página web oficial de la Junta y observan detenidamente la fotografía del Gobierno de Castilla y León, nombrado por el propio Mañueco y ven tan solo a tres mujeres dentro de un grupo conformado mayoritariamente por hombres (triplicando el número de damas), flipan en colores con el supuesto feminismo del señor Mañueco.

Es decir, con ellas presentes a Mañueco le salen unos discursos bastante homologables desde el punto de vista del feminismo paritario, pero cuando están ausentes, la supuesta confianza en el talento femenino comienza a plantearle dudas hasta caer en picado, a resultas de lo cual le salen unas selfies gubernamentales, atestadas de machos de pelo en el pecho. Más o menos como hace unos cuantos siglos.

Por supuesto, mejor no examinar la extensa nómina de asesores que trabajan al servicio de este mismo Gobierno conformado por el PP y VOX. Mucho me temo que ahí la realidad de la proporción entre hombres y mujeres resultará tan llamativa a favor de ellos como aquellos comprometidos balbuceos del propio Mañueco cuando a comienzos de la presente legislatura alguna periodista le preguntó que qué significaba eso de «violencia intrafamiliar», una de las peregrinas ocurrencias de VOX, en su intento por liquidar el concepto de violencia machista y facilitar el pacto de legislatura. ¿Se acuerdan de aquello de «esa violencia de la que usted me habla»?

En fin, cuánta incongruencia entre el discurso para la galería de algunos de nuestros políticos y la realidad de sus verdaderas actuaciones. Eso sí, lo mismo en la foto de guasap aparece con el selfi que se hizo con las mujeres. Como el más ligón de la clase.

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