¿A quién no se le ha perdido nunca un documento que dejó olvidado en cualquier parte? ¿Quién no ha dejado, por ejemplo, un documento encima de la mesa del salón mientras se tomaba un café en la cocina y de pronto alguien abrió la ventana para ventilar y el documento salió por la ventana volando como un vencejo? Hace unos días, yo mismo me dejé en el bar de la esquina una carpeta llena de documentos importantes. Menos mal que en un impreso, venía mi teléfono y el amable dueño del bar me llamó para que pasase a recogerlos. Y cómo me dijo el camarero: un despiste lo tiene cualquiera.

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Viene esto a cuento de que recientemente el PSOE de Salamanca ha acusado al señor alcalde de haber perdido los documentos del proyecto que había anunciado a bombo y platillo para el convento de Las Adoratrices hace algunos años. ¿Lo recuerdan? Consistía en un espectacular contenedor llamado Museo del Coleccionista. Un flipante batiburrillo un tanto disperso e inconexo donde igual cabía un espacio futurista en plan Blade Runner donde se instalarían unos autómatas de la Fundación Manuel Ramos Andrade como un salón temático sobre la Plaza de Toros que haría las delicias de los aficionados a la tauromaquia pasando por una instalación gastronómica, un centro de restauración de arte y hasta un jardín botánico.

El caso es que el documento con todo esto y que fue presentado coincidiendo con la precampaña electoral del 2022, se ha perdido y nadie sabe dónde. Yo pienso que lo mismo el señor alcalde después de las elecciones lo olvidó sobre cualquier mesa y confundiéndolo con los muchos folletos de propaganda electoral, las señoras o señores de la limpieza lo tiraron a la basura.

La verdad es que comprendiendo el despiste del señor alcalde pero también considerando lo carísimo que nos está resultando a los salmantinos desde entonces (el alquiler del espacio de Las Adoratrices está costando a todos los salmantinos la friolera de unos 200.000 euros anuales), sería importante si no aparece el documento al menos hacer una copia o restauración del mismo.

Si allá por el 2022, la prensa recogió el variopinto y asombroso contenido de aquel proyecto, no creo que sea muy dificultoso, formalizar uno nuevo con las maravillas cosas prometidas. Pero pónganse ya a la obra por favor y no esperen a las próximas elecciones que el despiste no siga acumulando tantísima pasta gansa en un alquiler inútil y manirroto.

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