Despídanse de la socialdemocracia si es que aún seguían pensando en un PSOE cabal, progresista y liberado de sus complejos. Aquel PSOE de Felipe González que anunció el enterramiento del marxismo es hoy una fantasía brumosa … Se acabaron el progreso y la libertad y quien hoy tiene el testigo de aquel espíritu, el Partido Popular, se ve incapaz de hacer frente a la maquinaria propagandística de unos radicales que pivotan entre la Caracas bolivariana y el Moscú soviético, tamizado en nuestro caso por las vacaciones en California y el lujo de los nuevos ricos, de la nueva casta. A Pedro Sánchez ya sólo le falta ir vestido de «Versace», como los narcos de la Sinaloa de los años 90. Santa María Madre de Dios, ¡qué fauna!
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Todo lo que está por venir es una dictadura disfrazada de democracia en la que ya ni los periodistas tienen derecho a hacer preguntas. Por mucho 5G que tengamos, la España de 2023 es una España en blanco y negro. Ni siquiera tenemos a los intelectuales que sí teníamos hace treinta, cuarenta, cincuenta años. Queda Pérez Reverte y cuatro gatos más que son tratados de esnobs, bichos raros en un país dirigido por gentes que no han pegado un palo al agua y para quienes Sánchez es el reverendo Jones y Yolanda Díaz la cuota femenina, demostrando esta eminencia de El Ferrol (más del Caudillo que nunca) que las cuotas son nefastas, sobre todo si, como ella, hablan como la muñeca Nancy a una audiencia de retrasados que, al parecer, somos nosotros. Nosotros y nosotras. Se juntan Jones y Nancy en el Reina Sofía para anunciar, entre besos, abrazos y piropos en almíbar, el acuerdo de gobierno del PSOE de Sánchez y esa cosa llamada Sumar liderada por un sucedáneo de Farrah Fawcett. Ni Bréshnev lo hubiera hecho mejor ante un desfile militar en la Plaza Roja. Picasso incluso hubiera devuelto el Guernica a Nueva York… Y así hasta las 37,5 horas semanales de trabajo que promete la pareja de enamorados de la moda juvenil (gracias, Radio Futura) entre las 200 propuestas de un Gobierno que aún no existe. Por decir que no quede… 37,5 horas. Casi que cerramos España y que paguen la fiesta Sánchez y Díaz, expertos en trabajar, en sacar el país adelante, en pagar a Hacienda y en hacer milagros de una productividad que ya se encuentra bajo mínimos; 37,5 horas, qué guay. Se les olvidó regalarnos entradas a EuroDisney para ver al Pato Donald. Mejor, al Tío Gilito y que trabaje Rita.
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