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El nuevo presidente argentino, Javier Milei, me causa como mínimo incertidumbre dada su «intensidad», excesiva incluso para mí, desafiante frente a la dictadura de lo políticamente correcto que no nos deja ni ver ni oír ni entender, como bien demuestran esos dos millones de votantes socialistas que, tan sólo cuatro meses después de las elecciones, se arrepienten de haber dado la confianza al líder de su partido. Obviamente, lo de Sánchez no es un proyecto político, es una secta, pues de lo contrario no puede entenderse tamaña desbandada ni esa falta de rigor en el votante del PSOE.

Pero Argentina necesita un Milei. En realidad, necesita ahora mismo cualquier cosa, un Milei, un cantante de tangos fracasado o a Snoopy. Cualquier alternativa frente al «kirchnerismo» y a las dictaduras travestidas de democracia, es bienvenida. No hay otra salida y la política convencional ya no parece servir. La estupenda frase anti-Trump vale hoy para todos, sobre todo para quienes nos mienten a la cara y se erigen en sátrapas: «Si votas a un payaso, espera un circo». El conejo de la chistera de Sánchez, créanme, es el logo de «Psycho Bunny». Miedo y asco en Madrid (gracias Hunter S. Thompson).

A estas alturas, Sánchez, todo un siniestro personaje de «Sálvame» con 22 ministros dedicados a aplaudirle por toda ocupación, sigue sin felicitar al nuevo presidente de Argentina, ¿qué fue de la corrección diplomática? El saco de odio de este hombre no tiene fondo. La democracia es él, y Cuba, y Venezuela, y Puigdemont… y los demás somos o fachas, o de derechas, o simplemente no estamos con él y con Jorge Javier Vázquez, icono de la basura de España. Como verán, los intelectuales han desaparecido del corro político, porque lamentablemente la reflexión, la sensatez y la dignidad han sido laminadas.

Pero Milei significa mucho más de lo que parece. Y sobre todo para nosotros, encerrados en una pesadilla distópica. Si el nuevo presidente fracasa, o se excede, o sucumbe al estado nacional de corrupción que es Argentina, Sánchez y compañía tendrán el pretexto perfecto para decir «¿veis?, os lo advertimos»; tendrán la excusa perfecta para afianzar su dictadura bolivariana. Los progres golpistas se habrán puesto sus mejores galas militares (y republicanas) para desenfundar sables y someter libertades. Por tanto, querido Milei, estamos en tus manos. Hazlo bien, te lo rogamos desde la otra orilla.

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lagacetadesalamanca En manos de Milei