Borrar
LOCAL Y GLOBAL

Hay que lidiar con Vox

Vox tampoco me gusta, pero no los veo peligrosos como sí lo veo llenar las instituciones de terroristas y de enemigos del Estado

Jueves, 22 de junio 2023, 05:00

Estoy escandalizado por el espectáculo que está dando la candidata del PP a la Junta de Extremadura, María Guardiola, otra «sociata» del PP, que, o bien obedeciendo órdenes estratégicas de su acomplejado partido o bien por su propia temeridad, ha puesto patas arriba el ya de por sí turbio panorama político, le ha dado oxígeno a una izquierda que agonizaba, y ha dejado a sus votantes naturales (ahora mismo, guste o no, PP + Vox) desamparados, asombrados y supongo que indignados.

Y por si fuera poco, al electorado que le den tila y que vuelva a votar, que el ciudadano no tiene otra cosa que hacer que pasarse el día votando… y votando caprichos. Los extremeños sin duda estarán encantados de ver como su crónica miseria y su eterno abandono son certificados tanto por la izquierda montaraz y casposa como por una derecha a la que, por mucha pulserita de la bandera de España que luzca -como Guardiola-, se le ve el plumero de su falta de capacidades y valentía.

El resultado de las urnas en Extremadura sólo exigía una cosa: coger el toro de Vox por los cuernos y gobernar, que es lo que hizo Mañueco, por muy impresentable que fuera García-Gallardo y por poco que le gustara a nuestro paisano meterlo en su Gobierno. No había otra opción, pues volver a las urnas hubiera sido volver al mismo escenario, al «impasse» político y por tanto a un peor futuro.

Vox a mí tampoco me gusta, pero no los veo peligrosos como sí lo veo llenar las instituciones de terroristas y de enemigos declarados del Estado y de nuestras libertades. Y Vox no me gusta porque son una panda de inmaduros y de bocazas que, lejos de su otrora misión de poner un poco de sentido común en este desbarajuste de país, se ha convertido en un disco rayado que tiene su importante y exclusivo caladero de votos entre los millones que huyen del «sanchismo» y de un PP sin sangre en las venas. Al PP sólo le queda entenderse con Vox, y viceversa, pero es al partido de Feijóo al que por su experiencia, estructura y seriedad le corresponde llevar a Abascal a un espacio de la política más relajado, buscando los mayores réditos sociales, que es la obligación de ambos, de todos.

Por lo tanto, es Feijóo quien debe poner orden en la derecha, con mando, con ideas y con un proyecto, y desde luego no avergonzarse de ser quienes son ni permitiendo lo que está ocurriendo, lo que ya ha ocurrido en Extremadura, donde a la gente le importa su bienestar, no donde la señora Guardiola ponga la banderita arcoíris. La democracia no es postureo.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Hay que lidiar con Vox