De Las Hurdes a Mérida

El espectáculo estúpido, inútil y canalla dado durante dos largas y dañinas semanas por la candidata del Partido Popular a la presidencia de la Junta de Extremadura, María Guardiola, que ayer al fin firmó con Vox el natural acuerdo de Gobierno -a todas luces forzado a la desesperada por Feijóo-, me tiene indignado, pues es otro, y otro caso más de desvergüenza política a los que nos tienen acostumbrados (sometidos más bien) nuestros políticos, en un 90 por ciento pura basura mental y moral.

Ante la gravedad de los hechos y de la desfachatez de mentir repetidamente a través de todos los medios de comunicación, tanto Guardiola como Borja Sémper tendrían que dimitir ipso facto de cualquier responsabilidad política. ¿Gobernaría con Vox si se lo exigieran?, le preguntó Carlos Alsina a la extremeña hace unos días en Onda Cero: «Descarto gobernar con Vox aunque me lo digan desde Madrid. Me quitaría de en medio», respondió la candidata a Barbie Bellotari. Y así, el mismo discurso tonto e irresponsable en todos los medios, con el apoyo de Sémper, el «borjamari» de verano azul. Por lo tanto, ni al portavoz de campaña del PP, pero sobre todo Guardiola, deberían estar un minuto más como candidatos a nada y como miembros de un partido que se dice democrático y constitucional. Esta pareja se ríe en la cara de toda España, empezando por la de Feijóo, que aún no ha ganado nada y ya le crecen los enanos mentales. Me remito a mi propia pregunta del pasado jueves: ¿Es que no hay nadie brillante en este país… que tenemos que aguantar a esta colección de merluzos y merluzas? Váyase, señora Guardiola, dimita, quítese de en medio, como usted mismo dijo que haría, hágalo por los extremeños y sobre todo por salud democrática. Además, ¿son estos mentirosos los que se atreverán a cantarle las cuarenta al mentiroso compulsivo de Pedro Sánchez? Ah, lo olvidaba, que mentir ya no es mentir, es cambiar de criterio y tanto Borjamari como Bellotari se habrán acogido al nuevo concepto de donde dije digo, digo Diego…

Por otra parte, Guardiola debe apartarse de cualquier política que no sea discutir en un bar, porque con su proceder ha comprometido seriamente la estabilidad y un mejor porvenir para la castigada Extremadura, cuya Asamblea por capricho de esta señora está en manos del PSOE, que no vacilará en torpedear toda iniciativa de Gobierno durante la legislatura. La estabilidad que la mayoría conservadora ansiaba se ha vuelto pues un camino de cabras. Las Hurdes de Luis Buñuel se han trasladado a Mérida.