Encajes y proyectos

Más que el «sanchismo», más que esa marabunta de liberticidas que ha invadido el Gobierno e infectado las estructuras del Estado para destruirlo desde dentro, me indigna sobremanera el Partido Popular, y sobre todo su líder, Mariano Feijóo, más Mariano que nunca. Y me indigna porque les he votado y no me gusta, como podrán comprender, que me engañen. Pierdan o ganen, es mi voto y merezco un respeto.

Entre el caos y la furia desatadas por Sánchez y compañía, no me quedó otra que confiar en Feijóo como única tabla de salvación, pero compruebo que el gallego no debió salir nunca de su aldea. Feijóo no es más que un hombre que se pone un traje gris todos los días desde hace sesenta años. No nos engañemos, ahí empieza y acaba «Fakejóo» que, día tras día, demuestra una falta de personalidad y de coraje pasmosos. Me tiene que me subo por las paredes, pues necesito en mi agonía como ciudadano que alguien se ocupe de mí y de mi voto, y no este pasmarote que cada vez que abre la boca es para pedir perdón. Perdón por ser del PP, perdón por hablarse con Abascal, perdón por vivir, perdón por incomodar a Pedro Sánchez. Y todo el santo día con la morriña a cuestas. Estoy de paletos hasta el gorro, ya sean catalanes, gallegos o murcianos. Ya va siendo hora de tener una visión de España y del mundo un poco más ancha y cosmopolita. Razón: los Reyes Católicos.

Y entiendan que esté tan indignado con Mariano Feijóo cuando le escucho decir que tiene que hablar con el PSOE para pactar «el encaje de Cataluña en España». Mariano, tanto licor de hierbas te está sentado fatal. En su día critiqué duramente al comandante Rodríguez Zapatero, el alter ego de Maduro, por referirse a España como «proyecto». A estas alturas, nosotros, una de las grandes culturas occidentales, resulta que somos un proyecto según Zapatágoras, y que España está por encajar, según el pusilánime de Feijóo.

Aquí, en España, no hay nada que encajar. Ya los romanos nos encajaron bastante bien. Lo único que hay que encajar es a algunos en la cárcel y a otros en su casa. España, Mariano entérate, no hay que encajarla, sino que está siendo desencajada desde hace décadas por un grupo terrorista compuesto por políticos y sus correas de transmisión, básicamente periodistas, funcionarios y profesores, marcados todos ellos por el odio, el racismo, el fascismo, el comunismo, el populismo, la corrupción o todo junto. Mariano, te lo dice uno de Salamanca, faro de la Civilización y del ancho mundo. Ancho.