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No, no me refiero al holocausto nuclear que narró la película «El día después» a principios de los 80, en plena Guerra Fría. La misma guerra que ahora Putin y Trump, con la inestimable ayuda de Europa y de China, tratan de desempolvar, como segunda o tercera parte de un plan que trata de neutralizar la libertad y la democracia: empobrecimiento, sometimiento (pandemia), adoctrinamiento y ahora, a dolor vivo, miedo en el cuerpo.

Seamos pragmáticos, que falta hace. Con el día después me refiero a que el PP, como principal fuerza política de España, tiene, ¡pero ya!, que trazar, exponer y aplicar un plan de supervivencia nacional, política y democrática sin que le tiemble el pulso el día después de la caída de Sánchez y el «sanchismo», que caerán.

El Partido Popular tiene que entender por la vía de urgencia, pues España se ha quedado sin tiempo, dos cosas: una, reconstruir desde el día después el país, su credibilidad internacional y, sobre todo, restañar el debilitado y saqueado espíritu nacional; y dos, llegar a un acuerdo de trabajo con Vox (y Vox con el PP), pues sólo unidos puede llegar a gobernar la sensatez. O al menos cierta sensatez. Se deben acabar los egos, los inútiles, las patas fuera de los tiestos y la testosterona, y activar un proyecto de presente inmediato en beneficio de la democracia y del bienestar. ¡Fuera políticos caducos y trogloditas!

Feijóo, que ayer estuvo sensacional en el Congreso frente al zombi político que es Sánchez, tiene que decir a sus votantes (y a sus nuevos votantes) cuál es su programa de salvación nacional dada nuestra precaria -y peligrosa- deriva social y económica, con un país dividido desde el Gobierno y los «nazionalismos», empobrecido y subvencionado hasta el tuétano e incapaz de dar respuestas serias y contundentes a los viejos (legislación laboral, por ejemplo) y nuevos problemas (la inmigración descontrolada, por ejemplo).

Feijóo, como único líder de la oposición que es, tiene que explicar más allá de seguir poniendo en evidencia a Sánchez cómo va a recomponer el desmantelamiento al que ha sometido el socialismo al Estado, cómo va a frenar los ímpetus criminales del «nazionalismo» o como va a devolver la independencia y la credibilidad a la Justicia. En definitiva, qué va a hacer para que los españoles volvamos a creer y a confiar el día después de esta lluvia ácida.

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lagacetadesalamanca El día después