El caos en 'tierra firme'

No me preocupa dónde hemos estado, a dónde nos ha llevado este esquizofrénico juego sexual de poder y narcisismo desplegado por Pedro Sánchez para satisfacer sus más bajas pasiones autocráticas. Incluso «escribe». «Tierra firme» dicen que se titula su último «libro» (el primero fue «Manual de resistencia»), que presentará próximamente ese referente de la telebasura llamado Jorge Javier Vázquez. Sin comentarios… A Sánchez le da igual firmar «tesis doctorales» que «libros», lo que le echen.

La propaganda tóxica no conoce límites para este hombre en su carrera por retener su república bananera, basada en someter a una ciudadanía cada vez más ignorante y dependiente. Por tanto, no me preocupa dónde estamos, lo verdaderamente angustioso es lo que está por venir. Me pongo en el peor escenario y veo que el «sanchismo» lo superará, pues además las fuerzas conservadoras ni son capaces de estar unidas, son así de cegatas, ni de construir programas y discursos claros, potentes, valientes, pragmáticos y acordes a los malos tiempos que vivimos para la democracia, el bienestar y la convivencia. Digamos que no parece que haya nadie al volante y que la sociedad ha sido certeramente narcotizada con subsidios de todo tipo y con un entretenimiento basado en la desconexión de cerebros.

Si lo observan, todo el ambiente está contaminado por el vacío intelectual, incluido la Educación, aunque en Castilla y León, y a la vista del reciente informe Pisa de la OCDE, podemos seguir presumiendo del mejor nivel de excelencia educativa frente al desplome nacional y, en general, en toda Europa. Se libran los japoneses. Ahora bien, de poco nos servirán nuestras buenas marcas si, por ejemplo, Extremadura, un fracaso en las tres áreas evaluadas en los estudiantes de 15 años, matemáticas, ciencias y comprensión lectora, acaba llenando nuestras universidades y por tanto las plazas de unos castellano-leoneses a los que de poco les sirve la citada excelencia y el esfuerzo que implica alcanzarla. El ruido es insoportable en una España que ya huele a fallida en muchos campos, mientras Sánchez anda encargando que le escriban «libros» y dinamitando el cimiento constitucional en lugar de solucionar los problemas de la gente. Todo lo contrario, lo suyo es crearlos, pues para este hombre como en el caos no se vive en ningún lado. Su «tierra firme».