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La expectación que ha levantado el partido de fútbol de Copa del Rey que enfrentará la próxima semana en Salamanca al equipo local Unionistas y el Barcelona, vuelve a demostrar el ansia que hay en la ciudad por actividades de primer nivel más allá de una programación cultural y deportiva que, salvo contadas excepciones, es pueblerina y endeble. Si repasamos la programación para 2024, observamos a primera vista que hay muchos pocos sin mayor interés que dar cobijo a esa tribu urbana formada por paseantes pasivos y a la que con cualquier cosita se la entretiene. Porque la cosa no va de divulgar, formar, dar a conocer o crear riqueza, va de llenar el tiempo de un ciudadano cada vez menos exigente y más aburrido en espera del Juicio Final.

En lo musical, cuya programación anual acabamos de conocer, Salamanca sigue en su línea de más de lo mismo y con los mismos: otra vez Raphael, otra vez Manolo García, y hasta se anuncia a Paco Ibáñez y a Mocedades, o lo que quede de Mocedades. Sólo falta contratar a Karina para alborozo de una ciudad que se autocalifica con una pompa fuera de lugar como «de cultura y saberes». Siempre me he preguntado en voz alta por qué Salamanca está fuera de las mejores ofertas musicales más allá del material de derribo que nos programan.

En una ciudad similar a Salamanca, como Santiago, han pasado ya por su festival de Monte do Gozo artistas como Prince, Bruce Springsteen, Lou Reed, Robbie Williams, Green Day, Hombres G, Muse, Alejandro Sanz, Maná, Red Hot Chili Peppers, Sting o Robbie Williams. Aquí, si nos descuidamos, puede que nos programen una sesión de espiritismo con Perlita de Huelva y Rocío Jurado en un «unplugged» con gaita y tamboril y, por supuesto, sobre un escenario-mamotreto colocado en la Plaza Mayor.

El caso es que no sé qué tiene Salamanca, que nos negamos a todo. Hasta la multitudinaria gira de Luis Miguel nos ignora, aunque pase por lugares como Chiclana, Córdoba, La Coruña, Roquetas de Mar, Pamplona o Murcia. Aquí que no nos molesten la siesta y que se vayan a montar el show a Las Noches del Botánico o con Dua Lipa al Mad Cool.

Y hablando de noches, Salamanca acogió en su día un gran proyecto que acabó, ¡cómo no!, olvidado y hundido: Las Noches del Fonseca… Hoy, ni noches, ni conferencias, ni exposiciones, ni cursos de verano, ni Dua Lipa, ni ná. A lo mucho, una fortuita visita del Barça a este zoo ignoto.

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lagacetadesalamanca Del Barça a Dua Lipa