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Hostelería anterior a 1925 (III)

En el café «Suizo» se dieron grandes atracciones, destacando numerosos conciertos de intérpretes de piano o violín

Martes, 28 de enero 2025, 05:30

EL CAFÉ SUIZO (2).- En este local, en los altos del café, se celebraron las reuniones de la Cámara Oficial de Comercio e Industria que se había constituido el 29/07/1886, al amparo de la Liga de Contribuyentes en el salón de actos del Ateneo salmantino y cuyas primeras Juntas se celebraron en diversos lugares.

La sociedad de recreo formada por jóvenes comerciantes y artesanos la «Unión Mercantil e Industrial», se crea en octubre de 1898 en uno de los salones.

El semanario, luego diario El Adelanto, nació en sus salones que se convirtieron en su sala de redacción, dirigido por el abogado bejarano Eduardo Muñoz García y el conocido bohemio Arsenio González de la Huebra. El promotor del diario don Francisco Núñez Izquierdo, fue socio de la propiedad del «Suizo» a partir de 1885.

En el café «Suizo» se dieron grandes atracciones, destacando numerosos conciertos de los más afamados intérpretes de piano o violín de la época y abundantes actuaciones de las orquestas locales.

El «Suizo» formó parte del quehacer cotidiano de la ciudad pasando por él la vida estudiantil, la comercial, la industrial y la política. Los estudiantes tenían allí sus reuniones, sus tareas musicales, sus asambleas y justas literarias al calor de las estufas en las tardes y noches del crudo invierno salmantino. Las reuniones de comerciantes e industriales y la de los ganaderos, que se unieron a partir de la inauguración de los ramales ferroviarios de la frontera portuguesa, tuvieron gran importancia para el devenir de una adormecida ciudad. Respecto a la política fue punto de reunión de los personajes liberales salmantinos con marcada tendencia republicana. Convertido en escenario de conspiraciones, en sus salas se pronunciaban elocuentes discursos, se pergeñaban manifiestos y libelos, se elaboraban proclamas y se ganaban y perdían elecciones. Durante algunos años, desde junio de 1899 fue el Centro republicano socialista «Germinal», donde celebraba sus asambleas el partido.

Comenzó su declive cuando el Estado instala, en el piso superior, las oficinas de Telégrafos el 18/06/1916.

A las 12 de la noche del 19/08/1920 fue clausurado el café sencillamente, con la misma sencillez con que había vivido su larga existencia desde 1850. Unos pocos y escogidos contertulios acompañaron a don Francisco Moretón con unas copas en la mano, mientras el camarero Domingo Andrés García, (que todavía vivió hasta el 13/11/1947) se desprendía del blanco mandil, de sus paños y recogiendo el servicio, penetraba por última vez en la cocina, que en tiempos había sido sala de mus, salón de billar, tertulia política y catacumba donde se fraguaron románticos movimientos políticos, como por ejemplo, el día antes de la proclamación de la Primera República, al renunciar al trono Amadeo I, el 11/02/1873, ya había sido nombrado en el Suizo el Comité Provincial Republicano, que presidía el general Guerrero, llegando como Gobernador Civil don Eustaquio Santos Manso, expulsado rápidamente por los federalistas, que situaron en el puesto a don José Herrarte.

Juan Prior Hernández, camarero de primera hora, fue una institución en el «Suizo»; tenía personalidad y, perfecto diplomático, poseía una prodigiosa memoria para recordar las preferencias de cada parroquiano, a los que preguntaba por pura fórmula, al igual que su compañero Pepe Estévez, padre de Sebastián «El Baranda», luego dueño de «El Candil». A primeros de agosto de 1920, sabedor de que va a desaparecer el café Suizo, donde había dejado toda su vida, se retira a casa para siempre, no queriendo ser él quien pase por el amargo trance de cerrar definitivamente las puertas del antiguo café. Los más allegados hablan de su quebrantada salud, pero ésta se agravó por la pesadumbre y el dolor de perder lo que había sido su único amor y su único sostén. Falleció 3 días más tarde del cierre del» Suizo», y más que camarero fue un contertulio de las más prestigiosas personalidades salmantinas, siempre leal amigo y servidor fiel. Tuvo miedo de cerrar las puertas del café y no quiso asistir a la muerte del «Suizo» porque asemejaba su propia muerte. Se resistió a seguir trabajando los pocos días que de existencia le quedaban por no ser testigo de su desaparición.

En el solar se alzó en 1921 un edificio de dos plantas estilo renacimiento, obra del arquitecto Santiago Madrigal, destinado a las oficinas del Banco del Oeste de España.

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