CONRAD KENT
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No se le puede considerar como fotógrafo al uso pues se da la paradoja de que no se conoce la publicación de alguna fotografía original. Pero si por algo se distinguió fue por el estudio, archivo, catalogación y publicación de cientos. Sería interesante que su nutrido archivo fuera depositado en la Filmoteca de Castilla y León para estudio de investigadores, estudiosos y conocimiento de los salmantinos. Pero todavía más importante sería recuperar la ingente cantidad de fotografías antiguas que atesoraba en su archivo particular, hoy de su viuda.
Nació en Des Moines, Iowa en 1942 en una familia de predicadores y maestros; graduado en la Escuela secundaria Rooselvet, ganó trofeos en atletismo, en campo a través y perteneció a los boy scout. Se graduó en Méjico en la Universidad de las Américas con «summa cum laude», finalizó la licenciatura en 1964 y realizó el doctorado en Filosofía en la Universidad de Harward en 1969, donde estuvo como profesor asociado durante 4 años, terminando de Director del Seminario de Humanidades. Allí conoció a la que sería su esposa Margarita Eugenia Campos Ledesma, Reina de la Salud 1953 de los Carnavales en Puerto Rico y de ascendencia salmantina, casándose en 1966. En 1968 marchó al Amherst College durante 7 años y fue miembro de la Facultad de la Universidad Wesleyana de Ohio.
Como Director del Programa de estudios de español en el extranjero llega a Salamanca en 1988, trasladándolo desde Segovia y organiza conferencias, publicando 3 ensayos sobre ellas.
Invitado por la Universidad de Columbia para el estudio de la obra de Antonio Gaudí publicó en 1992, junto al compañero profesor Denis Prindle, «Hacia la arquitectura de un paraíso» sobre el Parque Güel de Barcelona, del que dijeron que «Se consideraba una tragedia debido a su degradación».
Ganó el Premio a la Enseñanza Meritoria Bishop Herbert Welch en 1993.
Tiene varias publicaciones: «Salamanca en el siglo XX», como coordinador del simposio celebrado del 20 al 22 de abril de 1995 de la Ohio Wesleyan University.
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«Visiones salmantinas 1898/1998» con María Dolores de la Calle y Juan Marichal en 1998, editada por la Universidad de Salamanca.
«El perfil de Salamanca. Historia fotográfica de una seña de identidad» en 2005, de la Junta de Castila y León, presentada en la Sala Santo Domingo.
«Castilla y León en los fondos fotográficos del Instituto Amatller D´Ar Hispanic» en 2007, con fotografías de Salamanca, Valladolid, Palencia, Barcelona y Avila.
«La Plaza Mayor de Salamanca, Historia fotográfica de un espacio público» en 1998 con Alberto Estella, auspiciada por el programa Rafael de la Unión Europea y coeditada por el Ayuntamiento de Salamanca y la Junta de Castilla y León. Se enviaron ejemplares a todos los Alcaldes de España para convertir a Salamanca en Capital Cultural de Europa en 2002, objetivo que se consiguió.
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En 2001 publica el libro y organiza una exposición sobre «Luis González de la Huebra y los orígenes de la modernidad salmantina».
Preparaba una trilogía que ha quedado inconclusa. En 2008 publicó «Estampas de la ciudad de Salamanca», patrocinada por Caja Duero. En 2010 apareció «Estampas de la guerra de la Independencia en la provincia de Salamanca» con el patrocinio de la Diputación Provincial.
En 2017 conocí personalmente a Conrad en la estación de Atocha, en uno de sus frecuentes viajes a la capital y desde entonces veníamos sosteniendo una fraterna discrepancia respecto al autor de la célebre fotografía del cubículo de un zapatero remendón en el Corrillo, bajo la capilla del Carmen en la iglesia de san Martín, dada su condición de ser el mejor conocedor, quizá del mundo, de la obra del fotógrafo francés Jean Poujade, que vivió en Salamanca de 1867 a 1905 y del
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Fue nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad de Salamanca en 2005, siendo Alcalde Julián Lanzarote y falleció en su Ohio natal el 28/04/2023 tras larga lucha contra un cáncer pancreático. Sus mejores amigos salmantinos le evocaron colocando un retrato en su lugar preferido en el restaurante «La Aldaba», próximo a su domicilio y le ofrendaron, aparte del discurso necrológico, una copa de vino de Toro y un pincho de morcilla. Fue en vida un experto en vinos, habiendo degustado el mosto de infinidad de países y de las más diversas añadas.
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