Afilado y vaciado de cuchillería (y 2)

Existe un grabado en el Museo de Bellas Artes de Pontevedra de un «Afilador», en dibujo tomado del natural en 1879 por Federico de Guisasola y grabado posteriormente por E. Alba, de 22 x 32 cm.

En la literatura, Valle Inclán incluye como personaje principal un Afilador en su obra «Ligazón. Auto para siluetas», representado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el 19/12/1926.

José Luis Puerto dedica en su poemario Un jardín al olvido, sentido recuerdo a «El viejo Afilador».

En la música existe el tango criollo «El afilador» de Leopoldo Corretjer de 1900, el vals ranchera «El Afilador» de Emilio Magaldi, música de Francisco Pracánico de 1928 o el poema sinfónico «El Afilador» de Carlos Ordóñez Romero Robledo de 2014. Fue célebre el sainete lírico en 3 cuadros, «Manolo el afilador» de Pedro Muñoz Seca con música de Tomás Barrera y Juan Gay, estrenado en 1905.

Según «La Reina del Tormes» de Fernando Araujo había 2 afiladores en Salamanca en 1885, sin que podamos precisar quién era de los que se enumeran a continuación:

Domingo Montes Hernández.- Natural de Castro Caldelas en Orense, que junto a Nogueira de Ramuín, son los primeros lugares de donde partieron los afiladores. Se establece junto a la escalerilla del Pinto, cediendo el negocio, en setiembre de 1914.

Pedro Gómez Pérez.- Lo conserva hasta 1920, anunciándose en diciembre como sucesor de Domingo: Hoy a cargo de Pedro Gómez tiene taller electro mecánico con todos los aparatos modernos, el que vacía toda clase de herramientas cortantes, con especialidad en máquinas de peluquero y esquilador; se hacen vaciados con agua. No confundirse, plaza del Mercado, Portales, junto a la escalerilla del Pinto.

Tiene que traspasar el negocio abrumado por una enfermedad grave y deprimido, intenta suicidarse con navaja en noviembre de 1922, diciembre de 1924 y finalmente lo consigue arrojándose al tren el 12/07/1925.

Catoya.- Se trata del anterior establecimiento que ha llegado hasta hoy.

Manuel Fernández.- En 1914 se traslada desde la calle de Meléndez a la Plaza del Mercado 3, a una covachuela, frente a la tienda Miguel Iscar, donde se anuncia así: Entre la mielera y la barbería, donde está la muestra de las tijeras y el escudo. Pasa luego a Azafranal y termina estableciéndose, en setiembre de 1922, en la calle de san Justo 5, donde lucen de nuevo las grandes tijeras.

Belisario Dominguez Pérez.- Tiene el establecimiento en los Soportales de san Antonio, 12, y en sesión del Ayuntamiento de 28/11/1917, queda sobre la mesa una petición para colocar a la puerta de su tienda un banderín que diga: Vaciador. Se vacía con agua, lo que provoca risas en algunos concejales. Se habla de si ha de ser de hierro, de esmalte o de madera. En 1926 se le autoriza la colocación de vitrinas, en 1941 compra ballestas inservibles de coche y camión, rotas o enteras y más adelante reforma y niquela camas antiguas, con derecho a mesilla, poseyendo la patente 25.897. Fallece el 19/09/1937.

Yáñez.- Procedente de Orense llega a Salamanca en 1930 Severino Yañez, que se dedicaba al afilado y a la reparación de paraguas y se establece en la calle del Pozo Amarillo, 10, esquina a Correhuela. A su fallecimiento, la viuda acude a su sobrino Luis Rodríguez Miguel para que se haga cargo del negocio y en 1990 es contratado José Antonio Mariño Vicente con solo 16 años, que en 2001, a la jubilación de Luis, se hace cargo de la tienda. Luis fallece el 21/11/2021.

Manolo.- Tiene la cuchillería en la Avenida de Portugal número 96, y al jubilarse Manolo, hereda el negocio su hija Mari Carmen casada con Benito Marcos Hernández. En noviembre de 2023 se jubila Benito.

José Manuel García.- Desde los 14 años afila cuchillos en la Plaza del Mercado.

Maide.- Se encuentra en el Mercado Central, puesto número 6, del exterior, regido por Francisco Maide Merino.

Innominado.- El 14/03/1948 existe un taller de vaciado en la calle de san Justo, 42.

El oficio aparece como motivo heráldico en el escudo de Nogueira de Ramuín: En campo de sinople una rueda de afilador y paraguas de oro, sobre ondas de azur y plata... recordando los ríos Miño y Sil.