Sinceramente no esperaba abrir este nuevo año de la misma forma que cerramos el 2024. Y es que parece que la vida sigue igual, igual de mal en muchos aspectos que ahora, de nuevo, nos vuelven a sobresaltar. Quedan cinco días para la toma de posesión de Trump y por otra parte hace unos días que Maduro repite por seis años más al frente de la República Bolivariana de Venezuela. No son las únicas buenas noticias, en España el presidente del gobierno da pasos para blindarse frente al poder judicial sin que nadie se sobresalte y celebra 50 años de la muerte de Franco con más de 100 actos cuyo coste bien podría financiar desastres en Valencia, por ejemplo y al mismo tiempo coloca flores a otro dictador en Marruecos. El caso es que si las leyes no me acompañan pues las modifico y listo, se arreglan los asuntos de la forma más democrática posible y no sé porqué me parece que en unos años podremos estar igual que los ciudadanos venezolanos.
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Resumiendo, veo que seguimos igual, que la vida sigue igual, que a nadie se le pasa por la materia gris tener en cuenta a la ciudadanía y así nos vemos abocados a elecciones en 2027 sin remisión. Mientras tanto vemos a un gobierno fracturado, lo acabamos de ver en la toma de posesión de Maduro con representantes de la izquierda del gobierno presentes y otros que no lo han hecho, se han quedado en casa manteniendo ese tira-afloja con la oposición y con los jueces que no son de la cuerda.
Hace unos días que, en una conversación con políticos, salió lo de Trump con Groenlandia, Canadá y el Canal de Panamá y alguno opinaba que esos asuntos no nos conciernen. No me acabo de creer que lo que parece un exabrupto se convierta en realidad, es decir, no basta con una dictadura en el este, con Vladimir Putin arremetiendo en toda su zona de influencia, ahora Trump lanza su amenaza y me cuesta comprender, primero que sea el primer presidente americano convicto y segundo que no encuentre una respuesta general desde todos los gobiernos democráticos del mundo porque, tal y como nos lo están contando, no pinta nada bien. Iremos viendo acontecimientos, pero se me antoja que el mundo conocido va a cambiar mucho a peor y no será por la inteligencia artificial sino por el egoísmo, la ambición y la tiranía política, todos los frentes están abiertos y creo que esto nos afecta a todos, sí a todos nosotros que vemos los telediarios y nos parecen capítulos de una serie de terror en la que no importan los muertos ya sean por las consecuencias de la guerra o bien por los desastres meteorológicos. Lo cierto, así lo pienso, es que todo lo que está ocurriendo en España y en el mundo nos afecta y mucho, otra cosa es que cada uno tengamos una solución o simplemente que no la encontremos.
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