Seremos pacientes... o no

Parece que este jueves será el último día de la cuarta ola de calor que nos ha esclavizado en estos últimos días, pero parece que no será la última y esto nos será preocupando porque creo que el calor hace que nuestras neuronas no funcionen como deben, eso pienso y eso podemos augurar dado el complicado panorama político en el que nos encontramos.

A lo largo de este mes he recorrido todos los rincones de la provincia haciendo radio con personas y personajes maravillosos. La acogida ha sido inmejorable porque en nuestra querida Salamanca rural son muchas las personas buenas y especialmente políticos que se juegan hasta su hacienda por lograr que sus convecinos ganen en calidad de vida.

Todos coinciden en este maremágnum que se vive en Madrid, ya saben que Feijóo será el primer llamado a formar gobierno y todos coinciden en que la gobernabilidad será poco menos que imposible.

Ahora casi dudamos quienes son los vencedores y perdedores de los pasados comicios del 23 de julio cuando las urnas han sido muy claras. Pero no es lo mismo vencer en las urnas que conseguir los apoyos necesarios para gobernar.

Y es que en los pueblos y también en las ciudades necesitamos garantías para saber que nos encontraremos con el apoyo necesario para que podamos progresar. Está claro que los progresistas están buscando tiempo para alcanzar un acuerdo con fuerzas independentistas de las que dependerán, si ese acuerdo cristaliza, durante cuatro años.

Claro, uno se sigue preguntando por el coste real de este acuerdo porque ya empezamos a tirar de diccionario y en vez de amnistía lo llamamos suavización del código penal.

Todo para contar con el apoyo de quienes siguen apostando por la independencia de Cataluña o País Vasco.

Es decir, después de unas elecciones generales, seguimos a la espera de lo que diga un encausado que se encuentra fuera de la ley. Siento sorpresa y vergüenza, aunque realmente ya lo esperaba porque ninguno de los dos partidos principales cuenta con el apoyo necesario para gobernar con garantías.

El rey ha dado el primer paso y ahora tendrá la palabra el reloj de la democracia en el momento en el que la presidenta de las Cortes ponga fecha a esa primera sesión de investidura.

Mientras tanto quedan preguntas en el aire, la primera es ¿en qué nos hemos equivocado?, la segunda será ¿iremos a nueva convocatoria de urnas? Y la tercera ¿nos vamos a conformar con el resultado si los independentistas continúan en órganos de gobierno?

Estas son fáciles, lo complicado viene después y es que los ciudadanos necesitan política a pie de tierra, necesitan soluciones a los proyectos que necesitan del apoyo del gobierno para seguir adelante y necesitan que los fondos se repartan de forma equitativa para que ciertamente, sigamos progresando.