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Ya bien metidos en el tiempo vacacional y ahora que parece que tenemos más tiempo para el desahogo y para, de una manera más clara, sin prisas, certificar ideas, pienso que puede ser buen momento para ver lo que ha pasado y augurar quizá lo que está por venir, digo, en el panorama político.
Lo digo porque ahora que la comunidad canaria lanza el grito de socorro para que todos seamos generosos y se puedan repartir 6.000 menores no comunitarios, surgen las voces amenazantes para que esto no sea así y sean devueltos a sus respectivos lugares de origen so pena de romper acuerdos de gobierno. Y esta parte nos toca de cerca, Feijóo ha dicho que estos niños y jóvenes si se pueden acoger, que se haga.
Abascal ha lanzado ya la amenaza y ahora falta que se cumpla y en el caso de Castilla León veamos gobierno en minoría de Fernández Mañueco. Y me pregunto: ¿Quién dice que no se aprovechará para dar golpe de mano a través de moción de censura? Bueno, pues con estas dudas abrimos las vacaciones de julio a la espera de más novedades porque siguen sonando tambores desde Francia donde a última hora la ultraderecha tendrá que esperar si quiere gobernar.
Le Pen dice que para el próximo año 2027 pero ahora queda un mapa de ingobernabilidad del que nuestro país debe tomar nota porque la situación es muy parecida con un gobierno que se resquebraja por momentos aguantando siete votos independentistas que, en estos momentos, amenazan si no se cumplen sus mandatos.
Así pues, las próximas semanas serán cruciales en España a la espera de lo que pasa en los juzgados, en la judicatura en general y en la política en particular. Me pregunto si volverá el desterrado Puigdemont y si vuelve, ¿en qué condiciones? Los españoles seremos capaces de dejar pasar la bola y admitir que la ley no es igual para todos, porque parece claro que se usa en función de las necesidades del presidente de Gobierno.
Vemos que se desmoronan sentencias firmes y que quienes se han beneficiado de millones en ERES, por ejemplo, en Andalucía, ahora salen a la calle. Me pregunto por qué seguimos callados cuando lo estamos viendo tan claro. Aquí no vale lo de «y tú más», aunque cierto será que cada palo aguante su vela. En fin, creo que debía hacer esta pequeña reflexión en una situación general nada saludable. La izquierda aguanta, la ultraderecha aprieta y en este mes en el que deberíamos estar de celebración, estamos de preparación, de espera ante la situación que se nos puede presentar al acabar el verano si no es antes.
Demos tiempo al tiempo porque ahí arriba se preparan para alcanzar mayorías que permitan la gobernabilidad y aquí abajo los precios siguen sin dar tregua, el informe de Cáritas lo atestigua, cada día son más los que acuden para ser socorridos.
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