«Decreto Ómnibus»

No acabo de creer lo que está pasando en la política española y es que me resulta muy complicado de entender que exista el sistema maquiavélico del «Decreto Ómnibus». He tenido que preguntar, aunque no sea una práctica novedosa en la Cámara Baja, digo que he tenido que preguntar cómo se puede mezclar en un mismo voto positivo la revalorización de las pensiones, las ayudas a Valencia por los desastres de la DANA, las ayudas al transporte y la entrega de un palacete en París al PNV y que se valora en 15 millones de euros, cierto es que este inmueble perteneció al gobierno vasco en la primera mitad del siglo XX, pero insisto, ¿qué hilo conductor es el que permite sumar todas estas aprobaciones? Lo cierto es que nadie puede contestar a esta pregunta con rotunda claridad porque simplemente lo que se persigue con este tipo de maniobras que, por cierto permite la ley, es ocultar entre asuntos verdaderamente necesarios otros que suponen pagos políticos, en este caso del gobierno Sánchez.

Por las reacciones que hemos visto después, nadie se baja del burro, Sánchez dice que lo va a poner sobre la mesa de nuevo mientras que separatistas y populares insisten en no votar a favor mientras se sigan mezclando asuntos. En fin, que jubilados y viajeros parece que no tendrán que esperar a que los nubarrones se despejen en el Congreso de los Diputados, aunque todos sepamos que se presentan a aprobación de forma individual y todos votarán a favor.

No ha pasado de este martes la solución después de que se haya llegado a un acuerdo con los independentistas que ha pasado por someter a Sánchez a una «cuestión de confianza», aspecto que hasta el momento fue una línea roja insalvable.

De momento todos dicen tener razón y el presidente del Gobierno apuesta por conseguir los votos necesarios y aún más, cuando se da baño de masas, piensa en llegar a 2027 y volver a ganar elecciones. Pues permítanme que discrepe, creo que lo que estamos viendo no tiene ni pies ni cabeza y además no entiendo cómo es que nadie o casi nadie lo acaba de ver claro. Y es que, como acabamos de ver, si los siete votos independentistas no son favorables no se puede gobernar. Sánchez debe tener ya el billete para Suiza o Waterloo y ya tendrá que cumplir con lo prometido antes de que se acabe de enfadar el ínclito presuntamente perseguido por la Justicia. Quisiera que alguien fuera capaz de explicar esta situación surrealista que se está dando en estos momentos y que, mucho me temo, podrá ir a peor a lo largo de este año que acaba de comenzar y en el que, no lo dudo, nos esperan muchas sorpresas, muchas no nos van a gustar, estoy seguro y espero que esté totalmente equivocado. Ahora, después del susto, vamos a celebrar que haya revalorización de pensiones, ayudas a los damnificados y subvenciones al transporte.