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Cualquiera que contemple las políticas energéticas que se vienen observando en los distintos países de la UE no entenderá cómo se producen tales diferencias. Por ejemplo, mientras en España vamos de cabeza a la eliminación de la producción nuclear, en Francia esta producción no hace más que crecer. ¿Por qué?
La respuesta es fácil: en Francia los ecologistas no pintan casi nada y en España han invadido la política de izquierdas, y la de derechas no abre el pico.
Otro país en el cual los verdes han invadido la política es Alemania, donde consiguieron cerrar las nucleares, que fueron sustituidas por carbón, que echa abundante CO2 a la atmósfera (cosa que no hace la energía nuclear). En fin, disparates que alguien tendrá que denunciar.
El checo Marian L. Tupy es editor de HumanProgress.org e investigador senior del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute, el 'think tank' liberal de Washington. Pues bien, este científico hace unos días concedió una entrevista al periodista John Müller y allí dijo, entre otras cosas, lo siguiente: «El cambio climático es un problema, pero no es una crisis existencial. Nadie se está muriendo por el cambio climático. Es cierto que el planeta se está calentando, pero no es cierto que ni ahora ni en el futuro próximo el cambio climático vaya a cercenar vidas. En cambio, lo contrario sí es cierto: mueren ocho veces más personas en el mundo por frío que por calor. Si buscas escenarios hipotéticos sobre el clima, pues igual se nos pueden ocurrir distopías sobre superinsectos o asteroides, pero lo importante, por lo que a mí respecta, es no reducir los estándares de vida, sino hallar las soluciones tecnológicas que tengan que ver con el CO2 y la más evidente en ese sentido es la energía nuclear».
Y añadió: «Los verdaderos responsables del calentamiento global son aquellos defensores a ultranza del medio ambiente. Si ellos no hubieran impedido en la década de 1970 la transición del combustible fósil a la energía nuclear, hoy la civilización occidental no necesitaría hablar de las emisiones de CO2 porque contaríamos con abundante energía nuclear que no produce emisiones».
Hay medioambientalistas que dicen que somos un cáncer para el planeta, que cada niño es otra huella de carbono. Pues no, cada hijo nace con un pan debajo del brazo.
¿Y quién se atreve en España a defender las nucleares y la natalidad? Sólo somos unos pocos… ¿Somos unos fachas?
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