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El pasado 30 de agosto se reunieron en el Congreso de los Diputados Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Este último le ofreció un Acuerdo por la igualdad y el bienestar de los españoles a cambio de que Sánchez le permitiera gobernar dos años… y naturalmente, Sánchez le dijo no es no. Pero los medios apenas se han hecho eco del contenido de la oferta. Lo intentaré recoger aquí:

«Se desarrollará un Pacto de Regeneración Democrática que mejore la calidad de nuestra democracia, preservando la división de poderes y la independencia de los organismos de control.

Se impulsará un Pacto por el Estado de Bienestar, que garantice la viabilidad del Sistema Nacional de Salud, la estabilidad y calidad del sistema educativo, la igualdad entre mujeres y hombres y la viabilidad de las pensiones para los mayores, incluyendo en todo caso su revalorización anual».

También se le propuso a Sánchez un apoyo permanente a las familias, un pacto nacional del agua y un acuerdo territorial «destinado a convertir el Senado en una verdadera Cámara de representación territorial y a fortalecer la España de las Autonomías. […]. De forma prioritaria, se aprobará un nuevo modelo de financiación autonómica y local que garantice la igualdad de servicios a todos los ciudadanos».

No creo que ningún socialista de antes se opusiera a un acuerdo nacional de este tenor. Entonces, ¿por qué se opuso Sánchez? En primer lugar, porque él quedaba fuera del Gobierno, que es, según parece, lo único que le importa. Ya lo dijo inmediatamente su «portavoz», Pilar Alegría: «Ha intentado convencernos de derogar el sanchismo, pero la ha faltado persuasión».

En verdad, Sánchez prefiere ponerse de acuerdo con nuestros enemigos y renegar así, por ejemplo, del uso de la lengua común en la enseñanza en el País Vasco y en Cataluña, y hasta en el Congreso de los Diputados.

Renegar también de que los españoles, como escribió Arcadi Espada, paguen los mismos impuestos en cualquier lugar del país. Renegar de que los españoles puedan trabajar en el sector público sin tener que pasar por caprichos como los lingüísticos. Renegar de que una receta del sistema de salud catalán presentada en Madrid le sea expedido el medicamento (cosa que no sucede al revés, «esto no vale aquí»). Renegar de que las preguntas de selectividad sean las mismas para cualquier estudiante español, etc., etc.

A mí, respecto a las propuestas de Feijóo sólo me queda una duda: ¿habría aceptado Sánchez ese pacto si, además, le hubiera ofrecido la Presidencia del Gobierno?

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lagacetadesalamanca Una propuesta patriótica