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Ni un minuto de silencio

No eran esos tarados los únicos que estaban en contra de la Guardia Civil: los separatistas y el PSC también

Domingo, 18 de febrero 2024, 05:30

En el abordaje de la enorme lancha manejada por narcotraficantes el pasado 9 de febrero murieron asesinados dos guardias civiles, David Pérez Carracedo y Miguel Ángel González Gómez. El primero de ellos había nacido en Barcelona. Quienes hemos oído a un numeroso grupo de malnacidos jaleando y aplaudiendo desde la costa a los asesinos no pudimos imaginar que tal cosa estuviera ocurriendo en España. Sin embargo, no eran esos tarados los únicos que estaban en contra de la Guardia Civil: los separatistas y el PSC también.

Nos lo ha narrado la periodista catalana Anna Grau, que hoy forma parte del Parlamento de Cataluña en las filas de Ciudadanos: «Cuando en el Parlamento de Cataluña intentamos aprobar una declaración institucional de condena de los asesinatos, apoyo a las familias y reivindicación de los medios necesarios para que los agentes de la Guardia Civil no estén tan expuestos ante las mafias de la droga, sólo tres de los ocho grupos representados en el Parlamento catalán (Ciudadanos, PP y Vox) estábamos de acuerdo. Los otros cinco (PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP) estaban en contra. […] Llegó a haber dos propuestas de declaración encima de la mesa».

Las proposiciones fueron rechazadas y se procedió entonces a pedir un minuto de silencio por el guardia civil nacido en Cataluña. La petición de ese mínimo recuerdo pasó a la Junta de Portavoces y de nuevo Cs, Vox y PP votaron a favor, y los otros cinco grupos votaron en contra. Y entre estos últimos cinco grupos estaba el partido más votado en las últimas elecciones autonómicas: el PSC.

Yo me pregunto: ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza a los diputados del PSC, un partido que forma parte del PSOE? Será porque hoy el Parlamento catalán es la finca particular del separatismo y el PSC tiene miedo a disentir de estos supremacistas en cuestiones españolas y, desde luego, la Guardia Civil es española. En el Parlamento se pueden subir al atril con un pañuelo palestino, pero no con una bandera española.

Anna Grau concluye: «El verdadero problema de fondo, en Cataluña, es que siempre han mandado los mismos. Solos o en compañía de otros que también eran, son, los de toda la vida. El PSC en su actual estado de intoxicación simplemente ya no sirve para darle la vuelta a esta inercia, para reconducir ni transformar nada, porque demasiado se ha habituado a ver normal lo que no lo es. A pensar que es inevitable. Que casi estamos mejor así».

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