Borrar

Hace tiempo que los nacionalistas periféricos sustituyeron su supremacismo racista contra maketos, charnegos y el resto de los españoles por la defensa de la lengua propia, sin duda superior y más hermosa que el español que, por cierto, hablan varios cientos de millones de habitantes en todo el mundo. Este maldito asunto seguirá vivo en contra de nuestra lengua común si Sánchez sigue protegiendo –como hasta ahora- a quienes se saltan, entre otros, el artículo 3 de la Constitución. Que el euskera se imponga como lengua propia en sitios como Bilbao, donde jamás se ha hablado, es un atraco.

Quienes queremos defender la lengua española dentro del conjunto de la Nación no estamos en contra del uso de las otras lenguas, pero sí estamos a favor del libre uso de las lenguas maternas en las escuelas, en los hospitales o en los mercados.

Pero otro aspecto del uso de la lengua ha saltado durante la campaña electoral a cuenta del inglés, que sí habla Pedro Sánchez y al parecer no domina Núñez Feijóo. Asunto que tiene que ver con la capacidad lingüística de los presidentes de Gobierno y de sus aspirantes, como si quien habla inglés tuviera más méritos para serlo que quien no lo habla. Veamos a este propósito algunos datos estadounidenses que ha manejado Arcadi Espada . Entre 1997 y 2008 el número de centros de enseñanza media estadounidenses que ofrecían lenguas extranjeras descendió del 75% al 58%. Entre 2009 y 2013, una universidad estadounidense cerró su programa de lenguas extranjeras; entre 2013 y 2017, otras 651 hicieron lo mismo.

Menos de uno de cada cien estudiantes norteamericanos domina un idioma distinto del inglés. Eso no significa que los estadounidenses no puedan admirar la catedral de Burgos, la Universidad de Salamanca o el Museo del Prado. El ejemplo norteamericano sólo indica que las personas aprenden lenguas cuando las necesitan.

Y, en efecto, los norteamericanos han dejado poco a poco de estudiar lenguas en cuanto la extensión de la suya propia ha convertido ese estudio en una pérdida de tiempo.

Pero es que las nuevas tecnologías van a conseguir que entendamos lo que nos dicen en otras lenguas y en muy poco tiempo podremos conversar con un japonés sin tener idea de esa lengua. Recuerdo que durante un viaje a Japón fui invitado a visitar una empresa, uno de cuyos proyectos era avanzar hacia una tecnología que consistía en construir un mecanismo de traducción literal, y la prueba que nos presentaron estaba ya verdaderamente avanzada. Supongo que hoy sólo les queda comercializar el invento.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Lenguas