Secciones
Destacamos
Tras la muerte de mi madre (1947), mi padre, mi hermano y yo nos fuimos a vivir con mis abuelos a la casona familiar de Guarnizo, al fondo de la bahía de Santander. Yo asistí allí (entre los seis y los nueve años) a la escuela y, como refuerzo, mi padre contrató a una joven maestra que venía algunas tardes a darme clase. La joven se llamaba Susana y era guapa y cariñosa.
Cuando al fin apareció la «novia» auténtica de mi padre, la desilusión familiar fue notable. El enlace tuvo lugar el 15 de octubre de 1950, día de Santa Teresa de Jesús, en la basílica de Covadonga. Se celebró ese día porque la «novia» se llamaba María Teresa Olimpia García Toral. Había nacido en Gijón.
La familia García Toral, asturiana, sufrió, como tantas, el drama de la guerra civil, que les trajo consigo la dispersión y el exilio. Alicio, el hermano mayor, estaba de vacaciones en Gijón el 17 de julio de 1936. Al llegar las primeras noticias del golpe de Estado, cogió la maleta y salió hacia Francia, diciéndole a su familia: «No pienso asistir a la matanza que se prepara». Alicio, que firmaba como Garcitoral, empezó a publicar en los periódicos muy joven. Durante la II República llegó a ser un miembro destacado del Partido Radical-Socialista y colaboró estrechamente con su líder, Marcelino Domingo. Fue el primer gobernador republicano de la provincia de Cuenca. Cuando dejó Cuenca, Alicio Garcitoral pasó a ocupar un alto cargo en el Ministerio de Agricultura, Industria y Comercio. Luego publicó una novela titulada, irónicamente, «El crimen de Cuenca».
En la novela están el dolor, la amargura y la impotencia de quienes luego -cuando el choque de trenes llevó a España al desastre de la guerra civil- recibirían el nombre de «Tercera España». Allí estaba Marcelino Domingo, y, claro está, también se inscribe en ella una pléyade de escritores que acabaron exiliados: desde Max Aub a Chaves Nogales, entre los cuales se encuentra este notable «desconocido» que se llamó Alicio Garcitoral. La guerra les dejó sin patria, sin lengua y sin oxígeno. Cuando llegó la hora de volver estaban ya muertos o definitivamente trasterrados. Tal fue el caso de Alicio Garcitoral. Su obra apenas es conocida hoy en España, pero fue amplia y valiosa: «Cinco historias de amor», «El tercer frente», «La tercera república», «El gran destino», «La edad democrática»; libros de Historia como «La España de los Reyes Católicos», «La España musulmana» o libros de carácter religioso, pues siempre fue un fiel católico: «Vida humana de Jesús», «Meditaciones religiosas» o «El amor divino».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.