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Los grupos, grupitos y grupúsculos que constituyen el Frankenstein tienen más diputados en el Congreso que su alternativa constitucionalista de centro derecha y, por ello, es muy probable que la investidura de Núñez Feijóo resulte fallida. Pero eso no quiere decir que Pedro Sánchez vaya a tener fácil sacar la suya hacia adelante.

En este momento Sánchez se encuentra ante un doble desafío del cual no le será fácil salir airoso. Por un lado, la propuesta de Puigdemont de aceptar una amnistía a favor de los golpistas catalanes y un referéndum separatista; por otro, la movilización de la sociedad española en contra de esa barbaridad que significaría dejar la Constitución y las leyes en manos de quienes odian a España y a los españoles. El nerviosismo del sanchismo y sus adláteres se ha puesto en evidencia tras unas declaraciones de José María Aznar proponiendo una movilización social contra la posible bajada de pantalones de Sánchez ante Puigdemont. «Golpista», «Ha llamado a la rebelión» y otras mentiras han sido las palabras de Pilar Alegría y de Yolanda Díaz contra una llamada democrática a una manifestación antigubernamental. Algo tan insólito como descarado, pues nunca se había visto insultar desde el Gobierno a la Oposición cuando ésta intenta movilizar para impedir que aquél cometa un disparate.

En la legislatura anterior Sánchez consiguió los votos necesarios en el Congreso sin anunciar lo que había entregado sotto voce a ERC, a saber: los indultos y las rebajas de penas en el Código Penal. Por ese desconocimiento no hubo protesta alguna en la calles ni en las instituciones (Comunidades Autónomas, ayuntamientos…), pero ahora Puigdemont y los suyos han dejado a Sánchez a la intemperie y le va a ser mucho más difícil engañarnos a todos.

Hace unos días vi en televisión a un palmero sanchista denunciando a José María Aznar por llamar a la movilización en contra de la amnistía con el argumento de que «eso no se ha producido». En efecto, la amnistía no se ha efectuado ni se ha presentado ningún proyecto de ley que la avale, y por eso hay que movilizarse ahora. Para intentar parar que ese disparate se produzca.

Digan lo que digan los palmeros de Sánchez, este es el momento de mover los pies y las manos. Antes de que Núñez Feijóo pronuncie su discurso de investidura. Hay que aprovechar el discurso prepotente y anti español de los separatistas catalanes y vascos para poner en pie al resto de los españoles que ni queremos que los golpistas anti españoles se vayan de rositas ni que estas gentes destruyan nuestra Constitución y nuestra convivencia.

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lagacetadesalamanca No lo tiene tan fácil